La cuerda entre el PSOE -el partido del Gobierno- y sus apoyos de IU y UPyD, fundamentales para la estabilidad del Ejecutivo, se tensa más que nunca en esta novena legislatura. El rechazo de los socialistas a la reforma de la ley electoral, cuya toma en consideración se votó y descartó ayer en el Parlamento asturiano, significa el inicio de las hostilidades de ambas formaciones contra los socialistas, después de un año y medio de relativa serenidad en la Cámara.

"Han cambiado de socio y han incumplido su pacto con nosotros para supeditar el futuro y las alianzas a lo que manden Foro y el PP. Es de su entera responsabilidad lo que ocurra a partir de ahora", lanzó desde el partido magenta Ignacio Prendes solo unos minutos después de quedarse solo junto a IU en la defensa de la iniciativa.

El PSOE también participaba como proponente pero utilizó su turno de defensa para rechazar que el cambio en el sistema de elecciones se sustentase únicamente en los votos de estas tres fuerzas, como han mantenido en los últimos tiempos. Un argumento que ya dejó caer Javier Fernández en una entrevista en LA NUEVA ESPAÑA, antes de firmar el acuerdo de legislatura con Ignacio Prendes. "Es un cambio que habrá que afrontar con el mayor consenso posible, creo que no basta con que pongamos de acuerdo a 23 diputados", dijo entonces quien aún no era presidente del Principado, ni se había garantizado los apoyos para serlo. Poco importan estas manifestaciones en IU y UPyD, convencidos de que los socialistas se la habían jugado.

"Traición" y "demostración de que el PSOE no tenía intención de cumplir lo firmado", dijo Prendes elevando el tono de la crítica. "Se han echado en brazos de la derecha", clamaba en los pasillos del Parlamento el portavoz de la coalición de izquierdas, Ángel González, cuando en el Hemiciclo aún se debatían los últimos puntos del orden del día. "Y si tan fácilmente pactan con ellos, no podrán contar con nosotros", añadió, para después dejar la puerta abierta "a una rectificación" del PSOE, para la que brindó la colaboración de su grupo parlamentario.

Al final, la tan publicitada reforma electoral, lo que era un requisito inamovible para que UPyD encumbrase a Javier Fernández al Gobierno del Principado, se quedó en un abultado marcador de 39 (PSOE, Foro y PP) a 6 (IU y UPyD) que frena las aspiraciones de revisar el sistema. El texto llegó a la Junta General después del dictamen de la comisión de expertos que trabajó en el nuevo modelo. IU y UPyD, sin pegas por la parte socialista, lo convirtieron en la propuesta que presentaron las tres fuerzas pero que el PSOE terminó por rechazar ayer. "Hemos cumplido escrupulosamente el acuerdo. Los 23 diputados siempre fueron un punto de partida, se dijo desde el primer minuto. La actual ley electoral tiene 26 años y aspiro que a la próxima sea igual de duradera", dijo Fernando Lastra desde el PSOE. Un requisito que cree que no se podrá dar solo con mayoría absoluta. "Estoy de acuerdo con el contenido pero es necesaria una mayoría política para garantizar la estabilidad. No hemos engañado a nadie", aseguró.

Una opinión absolutamente encontrada con la de Ángel González, que habló de "un engaño difícil de superar, incluso en años", porque "¿qué se puede acordar con alguien que luego no cumple?". Y subió un peldaño su hostilidad hacia los socialistas acusándoles de formar "un nuevo tripartito con Foro y el PP", reacios en todo momento a esta reforma, pues los conservadores apuestan por la reducción de la Cámara de 45 a 35 diputados.

Prendes, que en la tribuna de oradores se limitó a detallar las ventajas del que sería un nuevo sistema electoral, estalló después, cuando constató que los socialistas no se moverían de su postura contraria al cambio sin un amplio apoyo de la Cámara. El diputado magenta se resistió a dar por finiquitado el acuerdo de legislatura, aunque avanzó que "tomará medidas" y que someterá cualquier decisión "a los órganos del partido", no ya a los regionales, sino a los nacionales, "pues por primera vez hemos sido sustento de un Gobierno y esto ya traspasa ciertas fronteras". UPyD celebra desde hoy en Madrid su congreso y Rosa Díez, que en su día se desplazó a Oviedo para cerrar el pacto con el PSOE, podrá tomar otra decisión sobre Asturias.