La estación de León, construida en un "fondo de saco" ferroviario, presenta un "elevado riesgo" de registrar accidentes por fallos humanos. Así lo reconoce el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), en un estudio de seguridad realizado a partir de la tragedia de Santiago de Compostela, donde el descarrilamiento de un Alvia de Renfe se saldó con 78 fallecidos el pasado mes de julio. La terminal leonesa entró en servicio en 2011 y obliga a los trenes de la ruta Asturias-Madrid a realizar una maniobra marcha atrás, de entrada o de salida, en la que los convoyes pierden veinte minutos de media.

El Adif llama la atención sobre el riesgo de la estación de León por estar en un "fondo de saco" que obliga a los trenes a entrar o salir de las instalaciones marcha atrás, dentro de un enclave ferroviario en el que confluyen líneas procedentes de Asturias, de Palencia y de Galicia. Además, el estudio del Adif también identifica como de alto riesgo las estaciones de La Coruña y de Orense. En el primer caso, por la coincidencia de las líneas León-La Coruña y Zamora-La Coruña, junto a varias bifurcaciones. En el segundo, por las maniobras complejas de trenes de larga distancia con destino a Ferrol o a Vigo.

La estación de León entró en servicio con carácter provisional, dentro de una operación que incluyó la supresión del paso a nivel de El Crucero. El proyecto formaba parte de una ambiciosa actuación urbanística que la crisis se ha llevado por delante y en la que estaba prevista el soterramiento de todo el trazado ferroviario por la ciudad, así como la construcción de una terminal definitiva de Alta Velocidad, también bajo tierra.

A la vista de que la crisis ha hecho trizas el proyecto ferroviario anunciado por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero para León, cifrado en unos 400 millones de euros, el Ministerio de Fomento se ha comprometido a presentar "en breve" una alternativa factible para acabar con el "fondo de saco" que penaliza a los trenes de Asturias. El Ayuntamiento de León ya ha puesto encima de la mesa varias propuestas. Una de ellas consiste en un soterramiento parcial en torno a 500 metros, que conecte la actual estación con el paso de la línea ferroviaria Gijón-Madrid, de forma que los trenes con dirección al Principado entren en la terminal y eviten la salida marcha atrás gracias al trazado bajo tierra. En dirección a la capital, los convoyes accederían a la estación por el soterramiento y saldrían directamente al tendido hacia Madrid.

El Consistorio leonés también plantea la posibilidad de habilitar un apeadero provisional a las afueras de la ciudad para evitar la entrada al "fondo de saco" de la estación.