La soledad del Gobierno socialista en el debate de los presupuestos, celebrado ayer, abocó a Asturias a su segunda prórroga en sólo tres años, los más duros de una crisis económica que se traduce en más de 103.000 parados en la región. El debate de las enmiendas de totalidad presentadas por los cuatro grupos de la oposición se ciñó al guión previsto sin el más mínimo margen a la sorpresa: los 27 votos que sumaron Foro, el PP, IU y UPyD devolvieron el proyecto presupuestario del Gobierno, que sólo sumó los 17 votos socialistas. La prórroga entrará en vigor el 1 de enero dejando en papel mojado las cuentas de 3.910 millones de euros proyectadas por el ejecutivo de Javier Fernández.

La consejera de Hacienda, Dolores Carcedo, pasó por el duro trago que supone defender un presupuesto condenado a no superar la primera y más trascendente votación de la tramitación parlamentaria, la del debate de totalidad. Pese a lo ingrato de la tarea, la asumió "con pasión", como reconoció, con felicitación incluida, la portavoz popular Mercedes Fernández. Y con brevedad. Carcedo concretó en diez minutos la defensa de un presupuesto que definió como "real, cruda y descarnadamente real" por una caída de ingresos que, argumentó, es necesario compensar incorporando una nueva medida, la subida del impuesto de patrimonio, para "no castigar más a las clases medias", un mensaje destinado a IU.

"El corazón de la política"

Carcedo aludió a la necesidad de equilibrar ingresos y gastos. "Debemos garantizar los ingresos si queremos mantener los servicios públicos esenciales sin lastrar la actividad económica", sostuvo la titular de Hacienda. "Porque las necesidades acuciantes continúan y porque las restricciones persisten, el Gobierno mantiene el corazón de las políticas en las que creemos, que son las que la gente necesita. La tierra baldía sigue ahí fuera", expuso la consejera, que vendió las bondades de unas nuevas cuentas continuistas frente al riesgo de prorrogar las actuales: "el presupuesto siempre supone más acción que cualquier prórroga. No es lo mismo y sus señorías, todos, lo saben".

La defensa de la enmienda de totalidad de Foro en el debate más importante del año corrió a cargo de Francisco Álvarez-Cascos, quien reprochó a su sucesor, Javier Fernández, el voto de los socialistas que "condenó a Asturias a la prórroga de un presupuesto inservible y ajeno" en 2012. El líder forista auguró un cambio de ciclo político en la región, un mensaje al que también recurrió el diputado de UPyD, Ignacio Prendes. "Cuánto han cambiado las cosas en sólo un año y medio, debido a su indolencia y su impericia. Parece que hoy ha emergido algo parecido a un orden espiritual nuevo", dijo Cascos, recordando su intervención en aquel debate de investidura, en mayo del pasado año con referencia incluida al pensamiento de Confucio.

El portavoz del primer partido de la oposición aprovechó la ocasión para rechazar comparaciones con el ejecutivo socialista. "El gobierno de Foro no faltó a ningún acuerdo ni tuvo la vocación de llámpara para aferrarse a los sillones del Principado; el de Javier Fernández, no cumple los acuerdos, no es de fiar y está dispuesto a jubilarse en los cargos aunque sea incapaz de sacar a Asturias de la decadencia", cuestionó Cascos, quien criticó el aumento de la presión fiscal con la subida del impuesto de patrimonio o la "inclusión de ingresos ficticios" y la opacidad sobre algunas partidas como, por ejemplo, las destinadas a la Fundación Niemeyer. La consejera aprovechó su turno de réplica para contestar a Cascos que su único proyecto de presupuestos tenía un desfase "de cuatrocientos millones de euros" entre los ingresos previstos y los que realmente entraron en las arcas del Principado. "Así se hace un presupuesto, pero un presupuesto irreal", contraatacó Dolores Carcedo, quien dejó entrever en esa última intervención que la evolución de los ingresos a lo largo del año en algunas ocasiones impide impulsar algunas actuaciones incluidas en los presupuestos.

Presión fiscal

El PP planteó en el cara a cara con el gobierno su oferta negociadora, ya conocida: reducir la presión fiscal y el sector público autonómico "mastodóntico" a cambio de un acuerdo para que "la prórroga dure un mes y no doce". Pero el Presidente le contestó con un "no" sobre la marcha, que la propia dirigente popular incluyó en su discurso para que la negativa de Javier Fernández quedara recogida en el diario de sesiones. La dirigente popular cuestionó la "deuda excesiva" y reprochó a los socialistas que "creen en la política del dirigismo y la subvención" para acabar con una recomendación: "no asfixien a nadie a impuestos, está pasado de moda". IU argumentó su negativa al presupuesto, tras el acuerdo de hace un año, en que este nuevo proyecto mantiene recortes y "está iniciando el proceso para eliminar empleos públicos". La coalición hizo suyas varias conclusiones del dictamen del Consejo Económico y Social como la relativa a la baja inversión. Ángel González acusó al ejecutivo socialista de "instalarse en el inmovilismo" y le emplazó a presentar otro proyecto presupuestario tras calificar de "gesto de cara a la galería" la subida del impuesto de patrimonio, mucho menor que la exigida por la coalición. El portavoz desvinculó el "no" de su coalición a los presupuestos del desencuentro por la reforma electoral, una cuestión que apenas tocó Ignacio Prendes (UPyD), quien criticó "la deuda creciente", acusó al ejecutivo socialista "de perder un año en las reformas estructurales que necesita Asturias" y sostuvo que "ha llegado el momento de hacer rebajas fiscales".

El portavoz del PSOE, José María Pérez, hizo su discurso leyendo declaraciones textuales de la líder de UPyD, Rosa Díez, y de los dirigentes de IU de Manuel Orviz y de Ángel González, de septiembre y octubre pasado, en las que quedaba patente la influencia que tendría la fallida reforma electoral en el debate presupuestario, resuelto ayer como si de la crónica de una prórroga anunciada se tratara.