"Molinera", la osezna que desde el pasado 19 de diciembre reside en un pequeño recinto que la Fundación Oso de Asturias (FOA) gestiona en Santo Adriano, cuenta desde ayer con un hábitat diseñado para su pequeña envergadura en el llamado cercado de manejo, donde también residen "Paca", "Tola" y "Furaco". La adecuación de las instalaciones, ahora dotadas con un pastor eléctrico más bajo que los existentes para los ejemplares de mayor tamaño, permitirá que el animal pueda abandonar el refugio, en el que permanece desde su llegada al enclave, y moverse por el exterior, tal como confirma el director de la Fundación Oso, Carlos Zapico.

El comité de expertos de la Consejería de Agroganadería volverá a debatir hoy sobre el futuro del plantígrado, que ha desatado una auténtica tormenta política en la región. Mientras la mayor parte de los especialistas, como el biólogo Javier Naves, investigador de la Universidad de Oviedo, defienden el traslado definitivo de "Molinera" al recinto vallado, el presidente del Fondo para la protección de la Fauna Salvaje (FAPAS), Roberto Hartasánchez, sostiene que la cría debe ser devuelta a la vida salvaje, de la que fue privada por su acercamiento a los asentamientos humanos tras ser liberada en noviembre en la reserva de Muniellos, después de un tratamiento tras ser rescatada herida, dos meses antes, en los montes de Cangas del Narcea.

La osezna fue capturada por técnicos de la Consejería de Agroganadería después de haberse detectado su presencia en el núcleo urbano de Degaña. El departamento tomó la decisión tras constatar la incapacidad del animal para adaptarse de nuevo al medio natural, ya que el pasado día 6 inició una serie de aproximaciones a zonas habitadas que finalizaron con varios días de presencia continuada en jardines, huertos, aparcamientos, un polideportivo, un cementerio y una carretera, llegando incluso a deambular entre las viviendas, por lo que fue necesaria la vigilancia permanente de la Guardería del Medio Natural.

"Molinera" aún no conoce a sus tres compañeros de recinto y probablemente nunca llegará a tener contacto físico con ellos. "Cada uno está en su propia zona, no es conveniente que las hembras estén juntas porque puede surgir agresividad entre ellas", señala Zapico. El director de la Fundación justifica el protocolo llevado a cabo con "Molinera" "porque en realidad nosotros no estamos haciendo nada que no nos haya encomendado el grupo de expertos".

Roberto Hartasánchez, el único que se opuso al confinamiento de "Molinera" en el cercado, pidió esta semana la dimisión de Zapico, por su "desconocimiento" de la problemática de los osos, según alega. "Me llama la atención que alguien pida mi cabeza por cumplir las recomendaciones de los expertos, tal vez lo hubiera entendido en otro momento, pero en este contexto, no", explica. "En este caso nos limitamos a ser receptores porque tenemos las instalaciones adecuadas y en ese contexto hay que interpretar nuestra actuación", añade. Al director de la FOA le duele que se le tilde de ignorante en estas cuestiones. "Llevo ocho años al frente de la Fundación y no me considero ningún imbécil, algo habré aprendido", destaca.

La Fundación se enfrenta también al descontento expresado por su presidenta, la bióloga Odile Rodríguez de la Fuente, que se ha dirigido a la directora general de Recursos Naturales, Fina Álvarez, para expresarle su disgusto por no haber sido informada de la evolución del caso de "Molinera".

Representantes de la Fundación estiman necesario matizar las quejas de la presidenta. "Es necesario dejar claro que su cargo es honorífico y no se le exige estar en contacto con el día a día de la entidad", señalan estas fuentes consultadas. Según los planes actuales, el destino final de la osa sería el cercado grande, que acogió hace tiempo a "Paca" y a "Tola". Aunque, en estos momentos, es inviable el traslado porque "Molinera" podría escaparse con facilidad, a través de barrotes pensados para ejemplares adultos, con un buen tamaño. La cría, que en enero cumplirá un año de vida, derrocha vitalidad y ha ganado peso en los últimos días, según sus cuidadores.

Una dieta a base de carne cruda y frutos

Como en el monte

Molinera se nutre de carne cruda, fruta y frutos secos, los mismos productos que intentan asemejarse a los que ingeriría el animal si se encontrase en su hábitat natural, en pleno invierno. La osezna pesaba unos 30 kilos cuando fue soltada en los montes de Cangas del Narcea, tras recuperarse de las heridas. Ahora ha ganado envergadura y camina poco a poco hacia la edad adulta, que alcanzará cuando cumpla el año y medio, el próximo verano.

Los expertos califican de "sorprendente" la recuperación del ejemplar, que padecía una luxación de cadera que no le ha dejado secuelas. Su movilidad y vitalidad es uno de los rasgos que destacan quienes permanecen en contacto con ella. Ésa ha sido una de las razones para adecuar el cercado a sus características, a fin de evitar que pudiese escapar por cualquier rendija.

Escaso aprendizaje

Las instalaciones de Santo Adriano se prepararon pensando en "Paca" y "Tola", y posteriormente "Furaco", que llegó del parque de Cabárceno, para tratar de reproducirse con las osas asturianas, plan de que la Consejería desistió este mismo año, tras el parto fallido de "Tola", el pasado invierno, cuando dio a luz a un esbardo muerto. "Molinera", que mantuvo escaso contacto con su madre, carece del proceso de aprendizaje natural en los oseznos.