Cada semana 120.000 asturianos, jubilados, llenan su existencia en los centros de mayores con la celebración de un modesto juego de bingo, a 1,50 euros el cartón, que sirve para las veinte jugadas de la tarde. Una costumbre arraigada en los hogares de pensionistas y que para algunos, más bien algunas, pues la mayoría de "clientas" son viudas, es el motor que los mueve a salir de casa. Pues bien, todo esto lo hacen al margen de la ley o, mejor, fuera de ella, en un limbo legal que ha dejado su actividad en el aire, y que tampoco parece que vaya a resolverse con la ley regional de juego que se tramita en la Junta General.

No lo hará si el texto sale adelante tal como el Gobierno socialista lo ha llevado al Parlamento, donde esta figura no está reconocida -tampoco prohibida-, como igualmente no lo hace con las loterías familiares de los clubes deportivos, éstas ya desaparecidas después de haber llevado incluso a la apertura de causas penales contra los dirigentes de algunas entidades futbolísticas, responsables de la organización de estos bingos. "Los clubes deportivos han sufrido en los últimos años durísimos recortes de las ayudas públicas y esto sería una forma de colaborar con su continuidad", explica Ángel González, que no entiende que esto, ni mucho menos lo que implica a los jubilados, "pueda entenderse como una competencia desleal contra nadie", sino que destaca su carácter social.

La ley del juego superó el pasado noviembre el debate de totalidad, al contar el Gobierno con el apoyo de Foro y de UPyD para continuar con su tramitación parlamentaria. La enmienda de totalidad presentada por IU y respaldada por el PP fue rechazada así con los treinta votos del PSOE, Foro y UPyD, mientras que la presentada por los populares sólo contó con el apoyo de los diez diputados que forman su propio grupo parlamentario.

El inicio de la frustrada negociación del Presupuesto regional paralizó el avance de la ley en la Cámara, detenido ahora por ser enero un mes inhábil a efectos de la Junta General. El Ejecutivo tiene especial interés en sacar el proyecto adelante y será en febrero cuando se abra la ponencia, que presidirá precisamente Ángel González. Será en ese escenario donde el parlamentario de IU intentará concitar una postura común para que la ley dé cobertura a la actividad del bingo en los centros de mayores, así como a los que organizaban años atrás los clubes de fútbol. No las tendrá todas consigo.

Ambos colectivos se han reunido con todos los grupos parlamentarios y aseguran haber recibido buenas palabras, aunque admiten los matices entre unas y otras posturas. El Grupo Socialista eludió detallar ayer sus planes, aunque la posición del Ejecutivo parece la de mantenerse al margen de este debate y orientar la ley hacia el juego profesional, como hizo en el proyecto inicial. En el PP aprecian "lagunas", de ahí su fracasada enmienda a la totalidad, y prefieren aguardar a la ponencia y no destapar sus cartas en relación a jubilados y entidades deportivas. Foro, que rechaza buena parte de la ley, lleva veintiséis enmiendas, mientras que UPyD ha preparado veintidós. Su único diputado, Ignacio Prendes, va por la línea de que parte de la recaudación que se logre del juego profesional repercuta en el deporte base, mientras que apoyaría permitir el juego lúdico de mayores desde fuera de la ley, pero con garantías de protección a colectivos vulnerables, entre los que se encontrarían los ludópatas.