Los sistemas educativos de los países hacia donde emigran los docentes asturianos (casi siempre anglosajones o nórdicos) poco tienen que ver con el español. Los criterios de acceso son mucho más flexibles y, por eso, a los jóvenes formados les resulta más sencillo conseguir una plaza. En muchos casos, como el inglés, la escuela pública realiza contratos tras realizar pruebas dirigidas directamente por los centros. Y el empleo, lejos de ser precario, está bien remunerado y con importantes garantías laborales.

Por eso, a los asturianos les resulta relativamente sencillo hacerse un hueco lejos de casa, siempre y cuando dominen el idioma del país de destino. Algo que ya han tenido que acreditar para acceder al máster en Formación del Profesorado de Educación Secundaria Obligatoria, Bachillerato y Formación Profesional, obligatorio para acceder a la función docente desde hace cuatro años, en sustitución del antiguo certificado de aptitud pedagógica (CAP), mucho menos exigente. La Universidad de Oviedo oferta 180 plazas de diferentes especialidades para este curso, que tiene una duración de un año y que los matriculados deben aprobar en un máximo de dos.