Un trabajo internacional liderado por la investigadora de la Universidad de Oviedo Daniela Canestrari, junto a especialistas del CSIC, Valladolid y Suiza, ha demostrado que las crías de aves parásitas suponen importantes beneficios para las especies "invadidas". El artículo ha sido publicado en la revista "Science".

Los investigadores han estudiado y monitorizado, durante 16 años, 741 de nidos de corneja negra y han analizado su relación con el críalo europeo, una especie de parásito de cría de la familia del cuco. Los experimentos de campo demostraron que los polluelos de críalo protegen el nido gracias a una secreción con un olor muy desagradable que producen cuando son agredidos y que ahuyenta a los depredadores.