La pérdida de estabilidad fue la causa de otro conocido naufragio ante las costas asturianas, concretamente ante Tapia de Casariego, el 22 de febrero de 2005. El naufragio de este pesquero, con puerto base en Burela (Lugo), dejó sólo un superviviente y ocho desaparecidos, de los que se recuperaron los cadáveres de seis, cuatro de ellos en el interior del buque. También en esta operación fue necesario el concurso de buzos para extraer los cuerpos del interior del barco.

El hundimiento del barco fue también súbito y sorprendió a los tripulantes durante su periodo de descanso, por lo que no pudieron ponerse a salvo. Sólo pudo sobrevivir el hijo del patrón, que se encontraba en el puente del pesquero en el momento del naufragio.

En el caso del "Siempre Casina", sí fue posible trasladar el barco a puerto, concretamente al de Celeiro, en Lugo. Una vez allí se reflotó y se trasladó al varadero para analizar las causas de un accidente que causó honda conmoción en la comunidad pesquera del Cantábrico.