La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El piloto de un vuelo a Barcelona aborta el aterrizaje porque "había una tortuga en la pista"

El comandante realizó una brusca maniobra para elevar el avión cuando ya había iniciado la aproximación al aeropuerto

El pasaje pasó del sobresalto al estupor. El piloto del vuelo que los llevaba de Asturias a Barcelona decidió abortar la maniobra de aterrizaje en el aeropuerto de El Prat y volver a elevarse bruscamente porque, según informó por la megafonía de la aeronave, "había una tortuga en la pista". El saldo final de esta historia deja al galápago supuestamente sano y salvo y a los pasajeros en tierra con un leve retraso de apenas diez minutos y el susto en el cuerpo.

El avión, que había despegado del aeropuerto de Asturias pasadas las nueve y media de la mañana de ayer con el aforo completo, inició más o menos en el tiempo previsto, poco más de una hora después de la partida, el descenso hacia el aeródromo barcelonés. Según el relato de uno de los pasajeros, la aeronave se aproximó a la pista desde el Norte, por el mar, dejando a su izquierda la zona portuaria de la Ciudad Condal y la laguna del Remolar. Cuando el pasaje tenía ya a la vista las balizas de aproximación de la pista, de pronto la aeronave emprendió una maniobra "brusquísima" y "con los motores a tope" abortó súbitamente la maniobra de aterrizaje.

Fue, según la descripción de uno de los viajeros, como pasar de forma abrupta de la operación de toma de tierra a "un despegue prácticamente vertical". Dio la impresión de haber pasado de repente, enlaza, de planear con los propulsores al mínimo a la máxima potencia. La violencia de la sacudida hizo evidente que algo anómalo había sucedido, pero ninguna de las especulaciones que se dispararon en el pasaje dio con la explicación real. O con la que luego les dio el piloto. No había sido el viento, ni un obstáculo insalvable en tierra. O sí. Una vez superado el susto, de nuevo en el aire, por la megafonía de la aeronave y con un marcado acento italiano, el comandante informó a los viajeros de que había resuelto reemprender el ascenso "porque había una tortuga en la pista". Ya habían pasado los breves instantes de intranquilidad y los pasajeros reaccionaron prorrumpiendo en una carcajada generalizada. El piloto añadió que la aeronave volvería a repetir el mismo circuito de aproximación al aeropuerto y eso fue lo que hizo, esta vez completándolo entero y sin sobresaltos.

Con apenas diez minutos de retraso sobre el horario previsto, recuperados el resuello y las secuelas del susto, los pasajeros del vuelo Asturias-Barcelona ganaron la terminal de El Prat sin más novedad que una anécdota para contar sobre viajes en avión con un momento de angustia y final feliz.

Compartir el artículo

stats