Monitorizar es "observar mediante aparatos especiales el curso de uno o varios parámetros fisiológicos o de otra naturaleza para detectar posibles anomalías". Es lo que dice el Diccionario de la Real Academia. Un chequeo en toda regla.

El director general de Patrimonio Cultural, Adolfo Rodríguez Asensio, anunció ayer que la Consejería de Educación, Cultura y Deporte está monitorizando distintos parámetros medioambientales de las iglesias prerrománicas de Santo Adriano de Tuñón (concejo de Santo Adriano) y San Julián de los Prados (Oviedo), con el objetivo de lograr un mejor conocimiento de la situación en la que se encuentran ambos monumentos.

Ambos edificios cuentan con pinturas murales prerrománicas en su interior. Esta monitorización, ya iniciada en 2013, se prolongará durante todo este año, y corre a cargo de la empresa Rebollo Ingeniería, gracias a una inversión de más de 21.000 euros de la Consejería.

En el caso de la iglesia de Santo Adriano de Tuñón, el objetivo es controlar la evolución de los paramentos del templo una vez que la Dirección General de Patrimonio Cultural ha realizado obras de drenaje en su cabecera.

En cuanto a San Julián de los Prados, el objetivo de los estudios es disponer de un análisis completo de la situación medioambiental y de estabilidad del templo. La monitorización permitirá analizar la incidencia en el templo de las vibraciones causadas por la autovía. El tráfico, intenso, pasa como se sabe a escasos veinte metros de esta joya prerrománica. En esta iglesia también se están estudiando parámetros que permitirán dilucidar cuál es la estabilidad real de sus fábricas.

Los datos que se extraigan del estudio se tendrán en cuenta en la redacción de futuros proyectos de conservación preventiva.