En las primeras horas del 4 de junio de 2014, el fotógrafo francés Eric Poussin observó y grabó en vídeo a un oso y tres lobos en una tensa competencia por la posesión de un ciervo muerto en una zona del Parque Natural de Somiedo (Asturias). Estas imágenes, cedidas por Eric Poussin a la Fundación Oso Pardo (FOP), recogen gráficamente por primera vez en la Cordillera Cantábrica la relación de competencia entre los dos grandes carnívoros de nuestras montañas ante un animal cazado o una carroña. El ciervo, que probablemente fue cazado por los tres lobos a lo largo de la noche, fue disputado por un oso, que se alimentó de él mientras los lobos observaban e intentaban recuperar su presa. El oso -con síntomas de alopecia, aunque aparentemente en buen estado físico- tapó con tierra el cadáver del ciervo e intentó alejar a los lobos, pero en cuanto se retiró con las primeras luces del día, los lobos destaparon y comieron de su presa. Horas más tarde, ya entrada la mañana, hicieron aparición las aves carroñeras, primero los cuervos y después una veintena de buitres leonados. Sorprendentemente apareció un buitre negro, especie mediterránea de presencia ocasional en la Cordillera Cantábrica, y también un alimoche acudió al banquete. En poco tiempo los buitres acabaron con los restos del ciervo, reflejando la importante labor que realizan para la eliminación de carroñas en el campo.

Lobos y osos coexisten en amplias zonas de Eurasia y América, y habitualmente sus relaciones son pacíficas. Cuando coinciden suelen pasar de largo, aunque mostrando una vigilancia mutua que tiene cierta justificación porque en ocasiones se han observado interacciones agresivas. En Norteamérica se han descrito algunos casos puntuales de ataques con muerte, tanto de osos a lobos como de lobos a osos. En la Cordillera Cantábrica, los equipos de la FOP hemos observado en varias ocasiones encuentros entre osos y lobos. Algunos de los encuentros se han producido en torno a una fuente de alimento, como carroñas, visitadas sucesivamente por ambos carnívoros. Varias veces hemos sido testigos de interacciones entre osas con crías y lobos, que acabaron siempre con la osa tranquila pero en actitud de alerta y los lobos alejándose de la zona. Y en dos ocasiones hemos observado cómo un lobo adulto hostigaba a un oso también adulto para alejarlo del lugar donde se escondían los lobeznos.

La coexistencia de dos grandes carnívoros y la presencia de una completa comunidad de aves carroñeras es un excelente síntoma de la calidad de los ecosistemas del Parque Natural de Somiedo y de la rica biodiversidad que alberga.