Tienen muchas cosas en común. Por eso, el lazo que forman desde que se conocen es casi inmediato. "Koko", "Lluvia" y "Leo" se han convertido en la mejor terapia para tres internos de la cárcel asturiana de Villabona. Los tres primeros son canes procedentes de una perrera; los tres últimos son los actuales participantes en el programa que realizan en conjunto, desde 2009, el centro de internamiento y la Fundación Amigos del Perro, que se ha renovado esta semana. Una terapia para los internos que consiste en educar a estos fieles animales.

"Es un acuerdo con el que ganamos las dos partes. Por un lado, nosotros conseguimos sacar a tres perros de la perrera. Por otro, los internos se vuelven más responsables, se vuelcan totalmente con los perros. Además, se sienten útiles, porque tienen una actividad que desarrollar cada día y eso les mejora la autoestima", asegura Lola Moreno, presidenta de de la Fundación Amigos del Perro.

Desde hace más de cinco años, esta fundación tiene siempre tres animales dentro de Villabona, procedentes de las perreras de Gijón o Mieres o de las casas de acogida que están bajo su tutela. "Todo el año hay perros allí. Pasan una media de 12 cada año. Reciben cuidados y adiestramiento durante cuatro o seis meses. La mayoría de los que salen de Villabona son adoptados en menos de 2 meses. Pasar por la cárcel les abre una nueva vida", añade.

Este mes ponen en marcha un programa educativo centrado en el mundo canino. "Es un curso de charlas de 45 minutos, dirigido por educadores, que combina teoría y práctica. La idea es que los internos adquieran una formación que les abra las puertas de un futuro laboral cuando salgan de prisión", concluye Moreno.