El Padre Ángel García Rodríguez llegó al dulzor de la Medalla de Oro de Asturias, que ayer le concedió el Consejo de Gobierno del Principado, directamente desde la miseria de la guerra en Gaza. Al tomar tierra después de su viaje a Jordania, adonde viajó para traer de vuelta a España a un grupo de evacuados desde la contienda bélica en Palestina, el religioso mierense proclamó su pretensión de "seguir siendo altavoz de los que no tienen voz". Sus palabras pueden servir como acertado resumen de los motivos oficiales con los que el Gobierno regional justifica la concesión de su máxima condecoración al fundador de la ONG Mensajeros de la Paz, que es Medalla de Oro de Asturias, dice el expediente, "por su infatigable dedicación a la creación de proyectos y recursos para la protección y mejora de la calidad de vida de los colectivos sociales más vulnerables, la infancia y las personas mayores".

El Principado recupera así su más alta distinción después de no otorgar ninguna Medalla de Oro el pasado año y completa su lista de honores de 2014 con seis medallas de plata, el número máximo que le permite la ley que regula estas condecoraciones. En su versión de plata, el premio será, a título póstumo, para el sindicalista Manuel Fernández, "Lito", fallecido el pasado 27 de junio, y además para la catedrática de Estadística de la Universidad de Oviedo María Ángeles Gil, para la Fundación Sanatorio Adaro y para tres empresarios: el ganadero José Ramón Badiola; Tomás Casado, presidente, entre otras, de la empresa de ingeniería Imasa, y Emilio Serrano, heredero de la tradición familiar de cinco generaciones al frente de la destilería Los Serranos. El acto de homenaje a los premiados y entrega de medallas será el 5 de septiembre en el Auditorio de Oviedo con motivo de la fiesta de Asturias que se celebra el día 8.

Padre Ángel García. El sacerdote Ángel García (La Rebollada, Mieres, 1937) entiende que su premio "no se da sólo a una persona, sino a tantas y tantas que en estos cincuenta años han colaborado con Mensajeros de la Paz". Después de muchas condecoraciones a su labor humanitaria, incluido el Príncipe de Asturias, ésta que viene del Principado "es algo que uno saborea de manera especial", asegura el Padre Ángel, agradecido y orgulloso de proclamar que lleva "con mucho cariño ser asturiano y convivir y ser ciudadano del mundo". El sabor de ayer unía "el dulce y el amargo" después de su experiencia en Jordania y no perdía la ocasión de tomar la voz de los que no la tienen y "decir que por favor paren esta masacre", congratulándose de haber leído al aterrizar que el gobierno español ha suspendido cautelarmente la venta de armas a Israel.

María Ángeles Gil. Su medalla de plata le gusta mucho más a la catedrática de Estadística María Ángeles Gil cuando la mira como un premio colectivo, a todo un grupo de investigación. Distinguida "en reconocimiento a su destacada labor profesional, tanto en el campo de la investigación como en el de la docencia, y a su condición de mujer puntera en el ámbito del desarrollo matemático", Vallisoletana de nacimiento, agradece el galardón por su procedencia, "porque viene de la tierra en la que llevo trabajando 38 años", y además por su contenido, porque se condecora "el fruto de haber creído en una serie de cosas que a algunos no necesariamente les gustan, como las matemáticas, tan serias como imprescindibles en el mundo real, y la estadística, una compañera leal y eficiente de la biomedicina y de toda la ciencia". "Me gusta", finaliza, "que sea el reconocimiento al trabajo y al entusiasmo. Y cuando hay trabajo y entusiasmo, también hay agradecimiento a mucha gente, a las personas que he admirado y han sido mis maestros y a aquellos a los que haya podido enseñar algo".

Emilio Serrano. Emilio Serrano Quesada (San Martín de Collera, Ribadesella, 1933), quinta generación de riosellanos destiladores de licores, recibirá el galardón, según el acta, además de "por su dilatada trayectoria empresarial", por "su activa e incansable contribución a la difusión de la riqueza agroalimentaria, cultural y turística de Asturias". Él lo asume como "un mérito más familiar que particular", como un premio "colectivo, de toda esta familia que desde esta aldea ha amado a Asturias y a su gente y le ha dedicado lo mejor que ha tenido". Como el premio viene de Asturias, "mi particular universo", el empresario sabe que, llegado el momento, "seguro que el corazón latirá con fuerza por la emoción del recuerdo y mi más profundo agradecimiento a mis familiares que ya no están, a los que sí están presentes y a todas las personas que me arropan".

Tomás Casado. Al presidente de Imasa le "prestan" los reconocimientos, como la Medalla de Plata de Asturias, tras "una larga vida laboral", que empezó "cuando tenía 14 años y sigue cumplidos los 82 años". Sesenta y ocho años en los que ha contribuido a la creación de miles de empleos en la región. Que la distinción llegue en un período marcado por la crisis económica "te anima a seguir adelante y, aunque las fuerzas ya no son tantas, te estimula para animar también a otros a continuar". Imasa, que desarrolla proyectos de ingeniería, dirección y ejecución llave en mano de plantas e instalaciones industriales, fabricación y suministro de bienes de equipo, se ha caracterizado por la internacionalización, una apuesta especialmente necesaria para afrontar la crisis interna que ha sacudido España desde 2008.

Manuel Fernández, "Lito". La familia del sindicalista mierense recibirá el próximo 5 de septiembre la Medalla de Plata de Asturias, a título póstumo, con el agradecimiento que ayer quiso dejar patente Eduardo Donaire, secretario general de MCA-UGT y cuñado de Manuel Fernández, "Lito". "Dentro de la desgracia que supone que no esté aquí, queremos agradecer la sensibilidad que ha tenido el Presidente del Principado con este reconocimiento a un sindicalista que siempre tuvo muy presente a Asturias, tanto en su actividad pública con importantes negociaciones, como en su vida privada. Siempre tuvo una visión regional, muy marcada", recordaba ayer Donaire, quien avanzó ayer que "son muchas las personas que me han dicho que quieren asistir a la entrega de esta medalla, en homenaje a Lito".

Fundación Sanatorio Adaro. En el año de su centenario, el Sanatorio Adaro suma la medalla de plata de Asturias a la del Ayuntamiento de Langreo y a una larga lista de reconocimientos, el del Principado como tributo a "sus más de cien años de compromiso social en Asturias en la hospitalización y en la atención geriátrica". María Fernández, alcaldesa de Langreo y presidenta del patronato de la fundación que rige sus destinos desde 1994, agradece el galardón como "un reconocimiento no sólo a la labor actual, sino a todos los que estuvieron en el Adaro desde el minuto cero" y un estímulo "que da ánimos para seguir trabajando". La regidora langreana asiente asimismo a la mención de Gabriel Menéndez, gerente del Adaro, a la historia de obstáculos y a la capacidad "para adaptarse a los tiempos" que ha desarrollado la institución.

José Ramón Badiola. "Es lo máximo. Nunca te esperas algo así. Es una sorpresa muy agradable", manifestaba ayer el ganadero de Perlora, horas después de conocer que recibirá una de las Medallas de Plata de Asturias. "En estos tiempos, difíciles, este reconocimiento supone un gran impulso, te da más fuerzas para mantener el esfuerzo emprendedor. Es una inyección de fuerza para seguir en el combate", afirma Badiola, distinguido por ser "un referente a nivel nacional e internacional en la innovación y la gestión ganadera".