En su última junta de accionistas, Isidoro Álvarez dejó una palabra mágica para conjurar el futuro de El Corte Inglés. "Internacionalización". El extranjero es la última frontera de un grupo que lleva décadas encaramado al liderazgo del sector de los grandes almacenes en Europa, aunque la crisis venga de dejar al descubierto el peligro de la subordinación al mercado español y la conveniencia de la exportación de un modelo de éxito que hasta ahora, fuera de aquí, sólo ha llevado sus grandes centros comerciales a Lisboa y Oporto. El ejercicio de 2013 fue el primero del ciclo de la crisis que la compañía cerró con incremento de beneficios -174,3 millones de euros, un 6,2 por ciento más que en el anterior-, pero quedaban atrás cinco años consecutivos de descensos, de padecimiento codo con codo con el consumidor español y de una merma de las ventas cifrada en el conjunto de la fase crítica en el 18 por ciento. Con la facturación en 14.292 millones de euros, un 1,8 por ciento menos que en 2012, a finales del pasado año el grupo buscó aire refinanciando 4.900 millones de su deuda mediante un préstamo sindicado de 27 bancos.
Fue en ese escenario que el gigante de la distribución comercial recibió de su presidente la encomienda de mirar hacia fuera, de "dar el paso de la internacionalización en un tiempo razonable" como estrategia para recomponer los daños de la crisis. Sería el siguiente paso de una historia expansiva casi octogenaria que lleva de los albores de la guerra civil al tercer milenio. El camino que va de la calle Preciados, con esquinas a Carmen y Rompelanzas -donde empezó la sastrería de Ramón Areces, moscón de La Mata, en 1935-, al número 112 de la calle Hermosilla, sede actual de la compañía, es el que separa a aquellos siete dependientes de estos 93.222 empleados directos. Es el trecho que separa un pequeño local de 88 grandes almacenes, 43 hipermercados y mucho más: 203 tiendas bajo las marcas Opencor y Supercor, 98 de la firma de moda Sfera, 108 de Óptica 2000, 29 de Bricor o 588 agencias de viajes en España y el extranjero.
El afán de globalidad del modelo de negocio de El Corte Inglés tiene un retrato en el histórica lema publicitario que promocionaba "La tienda de todas tus compras", formulación del espíritu que guía la extensión de sus tentáculos a prácticamente todas las ramas de la distribución comercial. El grupo creció sin querer perder el espíritu de compañía familiar y su fórmula de gestión, con una asamblea de socios en la que figuran sobre todo directivos y empleados del grupo, se estudia en las facultades de economía.
Desde que Areces compró en los cuarenta la mayor parte del edificio que acogía su sastrería y abrió en 1962, en Barcelona, su primer centro de ventas fuera de Madrid, El Corte Inglés creció al ritmo de las necesidades de su mercado y aceleró la diversificación y el progreso especialmente a partir de la adquisición de Galerías Preciados en 1995. La agencia de viajes había nacido en 1969 y el grupo alumbró Hipercor en Sevilla en 1980, en 2000 dio a luz a Supercor como supermercado de proximidad, en 2001 emergió Sfera para la venta de moda en mediana superficie, en 2006 desembarcó en el bricolaje con Bricor... y así sucesivamente hasta dibujar el entramado que hoy configura a El Corte Inglés como la sociedad matriz de un racimo extensísimo de empresas integrado por Hipercor, Informática El Corte Inglés, agencia de viajes, centro y correduría de seguros, construcciones, ópticas y bricolaje, una sociedad de inversión, otra de Promociones e Instalaciones o la editorial Centro de Estudios Ramón Areces.
