"Si tuviera que decir ahora mismo cuál es la situación política actual, diría: no lo sé". Estas palabras que el sociólogo e investigador principal de Metroscopia, José Pablo Ferrándiz, dijo ayer en Noreña hablan muy a las claras del estado de incertidumbre en el que la mayoría de la sociedad se encuentra respecto a la situación política.

Ferrándiz participaba en un debate, organizado por la asociación Contigo y moderado por el politólogo Óscar R. Buznego, en el que estaban también la portavoz y responsable de la unidad de análisis político de Podemos, Carolina Bescansa, y el profesor de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid Ignacio Urquizu.

Ferrándiz confesó su incertidumbre y el estado de "expectación de los analistas" tras aportar unos datos muy significativos sobre el clima político que vive España en los últimos años. Dijo que en 2013, solo un año después de que el PP hubiera obtenido una mayoría absoluta única en su historia, en una encuesta el 83 por ciento de los ciudadanos desaprobaban la labor del Congreso, el 74 por ciento decía que el Congreso no representaba a la mayoría de los españoles. Y lo más llamativo, el 65 por ciento de los propios votantes del PP pensaba lo mismo.

Ante esta situación, el 70 por ciento decía que le parecería bien para nuestro país que surgieran nuevos partidos para que hubiera más opciones y el 80 por ciento querían que se cambiase la ley electoral. Y quizá el dato más relevante acerca de la situación política en la que nos encontramos fue que en mayo de 2013 el 67 por ciento de los españoles decía que le gustaría que los movimientos sociales formaran una plataforma política nueva que pudiera competir en las elecciones.

Las encuestas hablaban ya del caldo de cultivo de la irrupción de Podemos. Carolina Bescansa cree que la respuesta social creciente hacia la propuesta de su partido obedece a que "no estamos asistiendo a una crisis de los viejos partidos o del modelo económico sino a lo que los historiadores denominan una crisis de régimen".

Según su teoría, hay "crisis del modelo económico, crecimiento de la desigualdad, ruptura del pacto social por un modelo de justicia social, crisis en los elementos más dinámicos y los más estáticos" y también una "ruptura de los consensos de la transición, entre ellos, que el progreso era un resultado del paso lineal del tiempo, y que de manera natural la gente viviría mejor, o que la Unión Europea era una aliada del desarrollo de España". Este modo de pensar se ha roto, a su juicio.

La crisis también ha traido que las categorías izquierda y derecha, "pierdan su capacidad explicativa y sean cada vez más inútiles para explicar lo que está pasando; ya no es muy fácil entender lo que está pasando en estos términos".

Y a su juicio, esta situación ha provocado el llamado "voto triste, hace muchos años que la gente vota con tristeza, sobre todo al PP y al PSOE; cada vez hay más gente que no se identifica con un partido, que les dice 'no me cuentes rollos".

Ignacio Urquizu no comparte la teoría de la crisis de régimen. El sociólogo se pregunta qué ha pasado para llegar a la actual crisis política y el estado de ánimo de los españoles. A su juicio, hay cuatro factores.

El primero, el cambio en la ciudadanía, que es mucho más participativa. Por ejemplo, en 2013 hubo 120 manifestaciones al día, protesta muchísimo más y sale más a la calle. En segundo lugar, la gente se interesa mucho más por la política de lo que estaba. En tercer lugar, la gente siente una profunda desafección hacia el funcionamiento la democracia, y finalmente un cambio de la percepción de la gente respecto a las élites, así como el cambio tecnológico que permite más transparencia y una toma de decisiones más colectiva.

En cualquier caso, cree que uno de los problemas más graves es que los debates políticos son muy superficiales. Cree que en España se proponen muchas reformas sin debatir sobre ellas. "Casi nadie hace reflexiones profundas sobre cómo queremos que sea el país. Creo que casi nadie tiene una idea de país y de la democracia. Casi nadie sabe qué quiere hacer con su sociedad en los próximos 30. Hay muchos análisis de diagnóstico pero no hay reflexiones profundas sobre lo que queremos que sea este país".