El Gobierno regional está a punto de consumar su enésimo incumplimiento en política científica. Los 2,5 millones de euros para grupos de investigación de la Universidad de Oviedo que la Consejería de Economía y Empleo anunció a bombo y platillo a principios de agosto están muy lejos de llegar a los laboratorios y despachos de los investigadores porque los fondos aún no han sido adjudicados. "Debido a los plazos del cierre de ejercicio para todas las administraciones, este retraso imposibilita la tramitación de gastos ante una hipotética resolución en este mes de diciembre y, por tanto, perderíamos esta cuantía", señaló ayer la gerente de la institución académica, Marta González Prieto, durante su intervención en la Junta General para valorar el proyecto de Presupuestos autonómicos, que también censuró con dureza. "Nos aboca a una situación peor que en 2014", alertó.

González Prieto no se anduvo con paños calientes. "Queremos aprovechar la ocasión para expresar nuestra preocupación por el retraso en la resolución de la convocatoria realizada por la consejería de Economía y Empleo", dijo, acompañada por el vicerrector de Planificación Económica, Santiago Álvarez, y tras excusar la ausencia del rector, Vicente Gotor, "por un compromiso ineludible". Toda una descarga sobre el Ejecutivo regional por sus continuas promesas en favor de la investigación, que una tras otra se han quedado en papel mojado.

No en vano, el Principado acumula tres años y medio sin haber soltado un solo euro para ayudas al desarrollo de proyectos científicos en la Universidad a través de una convocatoria pública (en 2013, concedió 2,2 millones, pero en concepto de subvención), un registro sin parangón en casi ninguna autonomía. Hace un año, aprobó un Plan de Ciencia hasta 2020, donde se preveía un enorme esfuerzo inversor. Poco después, anunció 74 millones para 2014. No dijo entonces que la práctica totalidad de esa cantidad englobaba en realidad la partida dedicada a pagar los salarios de los profesores. Lo que sí hizo fue anunciar una convocatoria de 2,5 millones destinada a grupos académicos para 2014. Cinco meses después, no hay resolución y ese dinero sigue en el aire. De hecho, los dirigentes académicos lo dan por perdido. "Este año sólo hemos recibido 25.000 euros para cubrir algunos gastos de personal", indicó la gerente.

González Prieto había hecho antes una alarmante radiografía económica de la Universidad. "Seguimos obligados a mantener el recorte en calefacción, restricciones en la apertura de edificios, menos iluminación...", dijo. Por eso, insistió en que los 122,9 millones de euros de transferencia directa que prevé el proyecto presupuestario pactado por el PSOE y el PP son insuficientes para afrontar los gastos de personal, que han subido en 3,1 millones con respecto a 2014 (1,5 correspondientes a la cuarta parte de la extra suprimida en 2012, que ahora habrá que abonar; y 1,6, por el encarecimiento de la plantilla debido a los méritos investigadores y de antigüedad). "No hay márgenes de contención del gasto", indicó González Prieto, que también calificó de insatisfactoria la subvención de 800.000 euros para reparar edificios.

"La evaluación que refrendó nuestro sello de excelencia corrobora nuestra eficiencia al utilizar recursos públicos", dijo. "Tenemos ahora el fruto de lo que hemos trabajado en este lustro, pero si no se dota de los recursos mínimos, el esfuerzo resultará baldío", alertó. Después, el vicerrector Álvarez, a preguntas de los diputados Susana López Ares (PP) e Ignacio Prendes (UPyD), señaló que la Universidad y la Consejería de Educación siguen enfrascados en las negociaciones para pactar un contrato programa hasta 2019, que dote a la institución de una financiación fija anual y de otra variable, en función de objetivos y a cargo del Plan de Ciencia. "No sabemos si se aprobará antes de que acabe el año", señaló.