La presión universitaria sobre el Gobierno autonómico ha surtido efecto. Vicente Gotor desveló ayer que el Principado está dispuesto a aumentar su aportación a las arcas académicas con unos dos millones de euros, vitales para hacer frente al pago de las nóminas de la plantilla en 2015. "Me he reunido con el presidente (Javier Fernández) y se ha mostrado receptivo a nuestra petición", aseguró el rector ante el claustro. "Así estaríamos mejor que hace dos años, aunque el escenario económico continúa siendo nuestra principal preocupación", añadió, durante una sesión que estuvo marcada por las constantes quejas de los alumnos por el reglamento de permanencia, que ha motivado la expulsión de más de un millar de matriculados de sus carreras.

"Me han dicho que se quiere solucionar y que lo vamos a solucionar", señaló Gotor en relación a la posibilidad de sumar dos millones a la transferencia de 122,9 ya comprometida. "Mi reunión de una hora del pasado día 1 con el presidente del Principado fue en un tono muy agradable. También ha habido conversaciones con la consejería de Educación y esta misma mañana (por ayer), nuevos contactos", explicó. "El próximo lunes, el vicerrector de Planificación Económica (Santiago Álvarez) y la gerente (Marta González Prieto) mantendrán otro encuentro para tratar de cerrar el asunto", remató, en un tono conciliador con el Ejecutivo autonómico, que contrastó con las duras críticas lanzadas durante las últimas semanas por miembros de su equipo, especialmente por la financiación y la política científica. El giro en su discurso fue tan radical que hasta agradeció "expresamente" las 43 becas predoctorales del programa "Severo Ochoa". "Pocas comunidades tienen algo así", dijo. "Yo no me arrodillo ante nadie, intento convencer; no soy sumiso, lucho por conseguir fondos", apuntó, ya en el turno de preguntas.

El rector también aprovechó la ocasión para sacar pecho por la revalidación definitiva del sello de calidad Campus de Excelencia, un programa estatal de ayudas ahora congelado. "Hemos tenido que combatir el escepticismo sobre este proyecto, diría que más dentro que fuera de la Universidad", destacó. Y citó como éxitos la consolidación de los títulos bilingües en español e inglés, la elevada demanda de los tres dobles grados en marcha, las becas de movilidad, el aumento de las relaciones con entidades de Latinoamérica y Asia, el incremento de la producción científica en un 40 por ciento en cinco años y la fuerte subida de los contratos firmados con empresas.

Por contra, lamentó las limitaciones para adjudicar nuevas plazas de profesores y advirtió de que las 13 que la Universidad podrá aprobar el próximo año (en el caso de que no caiga en déficit) se destinarán "más a consolidar que a promocionar", en un guiño a los jóvenes ayudantes doctor que esperan un puesto indefinido. También anunció el inicio de las negociaciones para modificar la relación de puestos de trabajo del personal administrativo contratado y nuevas convocatorias para los funcionarios del cuerpo. "Mi compromiso de mantener la plantilla sigue intacto", destacó.

Los estudiantes, mayoría

Los estudiantes asumieron el protagonismo en un claustro que no ha parado de perder interés para la comunidad universitaria desde la reforma que le despojó casi por completo de casi todo poder de decisión (la asistencia apenas superó ayer el cincuenta por ciento). Los representantes de este colectivo, mayoritarios en el Aula Magna de la Facultad de Economía y Empresa, recibieron al rector levantando unos folios con mensajes en contra de los planes del Gobierno para posibilitar un modelo de tres años de grado más dos de máster, frente al actual cuatro más uno. Y, después, acapararon más del noventa por ciento del tiempo de ruegos y preguntas. Intervino una treintena y, casi todos, lo hicieron para lanzar consignas contra las normas de permanencia.

"Ese reglamento responde a la voluntad política del Consejo Social, órgano que consideramos ilegítimo por no representar nuestros intereses", señaló Patricia Fernández. "Vivimos en una comunidad universitaria amordazada por el PP y el PSOE", apostilló Iyán Vigil, que en su protesta contra los recortes llegó a colocar sobre la mesa del claustro un rollo de papel higiénico y realizó comentarios que después encontraron el reproche del rector. Gotor les respondió que "luchamos y seguiremos luchando para lograr cambiar los requisitos", ante la oposición del Principado. "Me preocupa tanto como a vosotros", zanjó.

La sesión sirvió además para evidenciar una fractura en el movimiento estudiantil, entre los miembros de las asambleas y los de otros grupos. La votación para sentarse en la mesa del claustro en representación de los alumnos la ganó Raúl Carbajal. También se renovaron cinco puestos de este colectivo en el Consejo de Gobierno.