El diputado regional Ignacio Prendes, cofundador de UPyD y hasta ahora uno de los más fieles colaboradores de Rosa Díez, presidenta del partido, abandonará el consejo de dirección de la formación, máximo órgano del partido al que pertenece desde su creación en 2008, por insostenibles discrepancias con la política vizcaína, agudizadas en los últimos meses.

El abogado gijonés aprovechó ayer su perfil de la red social Facebook para anunciar una decisión bien meditada. En un escueto escrito alega que "desde hace un tiempo vengo discrepando con decisiones estratégicas que ha tomado el consejo de dirección de mi partido, órgano al que pertenezco desde 2008".

Prendes añade que, cuando se da una situación de ese calibre, "creo que la salida más honesta, con uno mismo y con el propio órgano colectivo al que se pertenece, es dar un paso atrás". Y con esa tesis justifica su dimisión como vocal del consejo de dirección. Prendes se suma así a la llamada "corriente CEX", integrada por críticos de la formación y liderada por el eurodiputado Enrique Calvet, que asegura haber recibido el apoyo de 1.000 afiliados y que el pasado viernes pidió la dimisión a la fundadora del partido y la convocatoria de un congreso extraordinario antes del 31 de enero.

Prendes aclara que su dimisión del órgano director del partido, que durante esta legislatura autonómica fue clave para la investidura del presidente Javier Fernández, está totalmente desvinculada de su tarea política en la Junta General, en la que seguirá, centrado en la defensa del proyecto de UPyD y en conseguir un buen resultado en las elecciones autonómicas del mes de mayo del próximo año.

"Ese proyecto es más necesario ahora que nunca y, como candidato a las elecciones autonómicas de mayo, quiero conseguir los mejores resultados para el partido", asegura el diputado, quien, por si queda alguna duda, apostilla que se dedicará a ello "con la misma intensidad que hasta ahora".

El escrito de Prendes, que culmina dando las gracias a todos "por vuestra comprensión", escenifica la ruptura de uno de los pesos pesados de UPyD con la línea oficial del partido, en la que Díez se reafirmó el pasado fin de semana en el transcurso de un tenso consejo político, durante el que Calvet le reprochó haber tenido "el cuajo" de no dimitir con sólo 6.000 afiliados después de siete años de andadura.

Antes fue Sosa Wagner

El divorcio político entre Díez y varios de sus lugartenientes estalló el pasado octubre, con la abrupta marcha del exeurodiputado Francisco Sosa Wagner, que dejó escaño y militancia, desautorizado tras su apoyo a un pacto entre UPyD y la formación Ciudadanos y dolido por el nombramiento de Maite Pagazaurtundua como portavoz europea. Deserciones y críticas no parecen minar la moral de Díez, partidaria de que "para cambiar una situación hay que respetar las reglas del juego que democráticamente han decidido aplicarse en el partido".