El ministerio público remarca que el amaño de contratos practicado en la Consejería de Educación se hizo con el "conocimiento y aquiescencia" del entonces consejero, Iglesias Riopedre. El ex alto cargo socialista influyó para que Nora, una empresa cercana a Igrafo, contratase a la de su hijo Ernesto. El entonces consejero también recibió algunos regalos de Igrafo y Almacenes Pumarín, en concreto dos viajes a Barcelona y Tenerife, con estancia en hoteles de lujo, que disfrutó junto a su esposa.