El atasco de convocatorias aconsejó a la Consejería de Educación no programar este año la prueba para los niños de tercer curso de Primaria, que es el primer filtro evaluador contemplado en la nueva ley educativa (LOMCE). Se trata de una prueba, a mitad de ciclo, que no repercute en la nota ni tiene trascendencia individual alguna, pero que va a servir para aportar claves sobre el funcionamiento de los colegios. Este año aún no es obligatoria, aunque la idea inicial de la Administración educativa asturiana era celebrarla a modo de experiencia piloto. Educación confirmó ayer que no será así.

Con ello, la primera prueba Lomce en la región será en junio del próximo año, la de los niños de segundo curso de la ESO, que se unirá al "examen" de los de tercero de Primaria, esta vez sí ya con carácter obligatorio. La concreción de estas pruebas están supeditadas a los vaivenes políticos. En noviembre habrá elecciones y hay que recordar el pacto de la mayor parte de la actual oposición en el Congreso para derogar la Lomce si el PP pierde la mayoría. En todo caso, los plazos hacen suponer que para final de curso 2015-16 la "Ley Wert" seguirá vigente porque una cosa es rechazar una ley y otra distinta consensuar la alternativa.

La prueba de tercer curso de Primaria es la que incluye la nueva terminología, objeto de todo tipo de ironías en las últimas semanas, para definir el grado de competencia de los alumnos evaluados: "iniciados", "en desarrollo", "adquirido" y "adquirido ampliamente".