Dieciocho minutos quizá no sean suficientes para explicar gran cosa, pero el magistrado del Tribunal Superior de Justicia de Galicia José Ramón Chaves, muy ligado a Asturias, hizo ímprobos esfuerzos para reducir a ese exiguo formato su visión de lo justo y la justicia. Este auténtico ejercicio de "atletismo conferenciante" tuvo lugar ayer por la tarde en el evento TEDx celebrado en el edificio histórico de la Universidad de Oviedo y Chaves compartió cartel con otros cinco representantes de los más variopintos campos, con los mismos minutos para explicarse, ante un entregado auditorio.

Chaves bautizó su alocución con el título "De qué justicia hablamos cuando hablamos de justicia". Comenzó por desentrañar qué se considera como "lo justo", y hasta qué punto tiende a confundirse con la venganza. Y es que, el que pleitea, suele estar preocupado "no por los fines, sino por los resultados". Éstos se traducen en un "papel frío", la sentencia, "dictada pensando más en los letrados y no en los ciudadanos".

"Cuando decimos que esto es justo o injusto, hacemos trampa, miramos nuestros propios intereses y movemos la balanza de la justicia", aseguró el juez. "Las leyes nos parecen justas hasta que pagamos impuestos y multas", indicó. Además, "los jueces toman una decisión y luego reconstruyen sus razonamientos".

Los jóvenes, añadió, ven la justicia como "una vieja catedral" en la que no se sienten cómodos. Y es que, en una etapa de progreso tecnológico, no se entiende que la justicia aún sea por escrito. El juez llegó a bromear con la posibilidad de que los procesos fuesen dirimidos por "un jurado universal a través de la red social". Pasó más tarde a relatar un ejemplo de divorcio entre ley y justicia, la vez que prohibió una quesería en territorio de un parque nacional. "La sentencia era justa, porque se ajustaba a la ley, pero quizá la ley era injusta", aventuró. Fue en ese momento cuando Chaves resaltó que "hay un gran nivel de incertidumbre en la justicia, infinidad de leyes, tribunales e interpretaciones".

La funcionaria María Luisa Álvarez de Toledo habló de la necesidad de que los funcionarios se formen y sean creativos. La psicóloga María Viña disertó sobre nomofobia (miedo a perder el móvil) y el síndrome de Whatsapp, o intolerancia a la demora comunicativa, al tiempo que pidió "revitalizar la comunicación cara a cara".

María Sarham, experta en protocolo, desentrañó los misterios de las buenas maneras en las sociedades árabes. Álvaro Pérez-Plá explicó su proyecto de empresa social y la estudiante de Medicina Sara González explicó cómo pudo compaginar su carrera con su práctica del hockey sobre patines. Los eventos TED se empezaron a desarrollar en California y ahora se celebran en otras universidades. Reúnen a jóvenes que quieren inspirarse con las palabras de un grupo de ponentes que exponen sus ideas en tiempo récord.