El Ministerio de Fomento está diseñando para Santander una integración ferroviaria de Alta Velocidad muy similar a la que ha decidido para las principales ciudades asturianas. Es decir, sin corredor específico de AVE y con una mejora integral del tendido en ancho ibérico (Renfe) que permita el tráfico mixto de pasajeros y de mercancías. Se trata de una propuesta planteada por el Ejecutivo cántabro, en manos del PP, que permitiría realizar el viaje entre la capital de la provincia vecina y Madrid en unas tres horas, frente a las cuatro horas y cuarenta minutos de la actualidad, con un trazado en el que se combina el ancho de Renfe con el de Alta Velocidad, en este último caso con unos tramos de vía única y otros de vía doble.

La Universidad de Cantabria colabora en este proyecto, que, según los primeros cálculos, precisa de una inversión de 300 millones de euros en el tramo entre Palencia y Santander. Se trata de un presupuesto que es diez veces menor al previsto por el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero para que el AVE recorriera el trazado entre Santander y Madrid en dos horas y media, una actuación que el Ejecutivo socialista acabó guardando en un cajón del que el Gobierno de Mariano Rajoy no la ha sacado hasta ahora.

"Estamos diseñando un AVE del siglo XXI con la ayuda de la Universidad de Cantabria y con unos costes que van a ser muy reducidos. En la región se había prometido una Alta Velocidad de 2.500 millones que estaba en un power-point", subraya Ana Pastor sobre la iniciativa planteada desde el Ejecutivo cántabro y cuya viabilidad técnica y económica se encuentra "en estudio".

En la actualidad, el viaje entre Santander y Madrid dura cuatro horas y cuarenta minutos, más o menos lo que tardan los Alvia de Oviedo a la capital de España que no se detienen en el "fondo de saco" de León. Ese tiempo se reducirá en una hora en cuanto concluyan las obras de mejora de la catenaria y de la plataforma convencional que se están ejecutando entre Palencia y Santander, de forma que quedará en unas tres horas y media. Si se lleva a cabo la actuación que plantea ahora el Gobierno cántabro, el trayecto podría acortarse en otra media hora, dejándolo ya en el entorno de las tres horas.

La previsión de Fomento es que cuando se abra al tráfico la variante ferroviaria de Pajares, y el tendido específico de AVE llegue a León, los trenes Alvia tarden unas tres horas y cuarto en ir de Oviedo a la estación de Chamartín, y algo más de tres horas y media en el caso de Gijón.

En concreto, el planteamiento que defiende el Ejecutivo cántabro que preside el popular Ignacio Diego consiste en prolongar la vía específica de AVE desde Palencia hasta la terminal de Alar del Rey, un trazado de algo más de 80 kilómetros en el que se combinarían tramos en vía doble y otros de vía única. A partir de ahí, el itinerario hasta Santander, que suma unos 130 kilómetros de longitud, se realizaría por el actual tendido de ancho ibérico de Renfe, en el que se aplicarían algunas mejoras. De esta forma, y entre otras cosas, Cantabria espera mejorar no solo las comunicaciones con la Meseta y con Madrid, sino también la conexión ferroviaria del puerto de Santander. Y es que hay que tener en cuenta que en España no hay trenes de mercancías capaces de circular por corredores específicos de Alta Velocidad.

El estudio informativo del tramo de Alta Velocidad Oviedo-Gijón-Avilés, que se encuentra ahora en audiencia pública, descarta una ruta exclusiva para el AVE por el centro de la región y, a cambio, propone una serie de variantes y de mejoras de trazado cuyo presupuesto ronda los 500 millones de euros. Se trata de un planteamiento que coincide con el que ha venido defendiendo el Ejecutivo autonómico de Javier Fernández, por cuanto garantiza el tráfico mixto de mercancías y pasajeros. Salvo sorpresa, este modelo también se aplicará en el tramo que va de Pola de Lena a Oviedo, en estudio informativo.

Los planes iniciales para este trayecto, que obligará a construir numerosos pasos subterráneos por la comarca del Caudal, proponen un corredor de tráfico mixto entre la embocadura de los grandes túneles bajo la Cordillera y las inmediaciones de la capital del Principado.