Los padres son muy conscientes del daño que hace el alcohol a los menores de edad, por ello están encantados con la nueva prohibición que estabece fuertes multas de 600 euros para aquellos adolescentes a los que se sorprenda bebiendo. No obstante, consideran que la prohibición debe ir acompañada de medidas educativas, si no, "el éxito de la ley será dudoso", en palabras de Faustino Sabio, presidente de la Confederación Asturiana de Madres y Padres de Alumnos/as de Centros Públicos (COAPA).

Por un lado, "los niños y niñas de Asturias no podían ser distintos a los de otras zonas de España, donde está prohibida la bebida a los adolescentes", indica Sabio. Pero también es verdad que es difícil "decir a los jóvenes que desde niños han acompañado a sus padres a las sidrerías y que ven el alcohol como algo normal que ya no pueden beber". "Falta ocio alternativo para esa edad en que los niños dejan de ser niños y aún no son adultos", al menos en Oviedo y Gijón", añade Sabio.

Elena González, presidenta de la Federación Miguel Virgós, también se felicitó de la prohibición, por "los graves daños que causa el alcohol a esas edades". Eso sí, se negó a aceptar que las familias tengan parte de culpa en que los adolescentes beban alcohol. "Se nos culpa de todo. Somos conscientes de que el ocio de algunos menores gira en torno al alcohol, y cuesta mucho luchar contra lo que se encuentran fuera", indicó Elena González. Sandra Ruiz, presidenta en Asturias de la Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y Padres de Alumnos (CONCAPA), indicó que "será dificultoso", pero habrá que poner los medios para erradicar el alcohol entre los menores. "Todo no se va a poder controlar, y hay que tener en cuenta los modelos de sociedad que hay. Los adolescentes son un reflejo de lo que existe", indicó.