La creación de la marca de calidad turística "Sidrerías de Asturias" supone un paso más en el proceso de modernización de un sector que ha protagonizado numerosos avances en las dos últimas décadas, entre ellos la consecución de la Denominación de Origen Protegida (DOP). A finales del siglo XX, las botellas de sidra natural no llevaban ni etiqueta identificativa. Iban en "pelota".