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Materia gris | Los talentos de la Universidad de Oviedo

Luque: "El diálogo social se frenó en España con el rescate bancario"

El profesor de Sociología, experto en el modelo social europeo, dice que "el sistema se basa en compartir riesgos"

Luque: "El diálogo social se frenó en España con el rescate bancario"

Las investigaciones de David Luque ofrecen una amplia panorámica del momento socioeconómico actual. Este joven profesor ha puesto su firma a recientes estudios sobre la implicación de los diferentes actores institucionales para atraer inversión extranjera a nivel general y en varias regiones españolas en particular. Además, indaga sobre las repercusiones que ha tenido la última gran recesión en el Sur de Europa en el diálogo social entre gobiernos, sindicatos y empresarios. "En España, esta relación se ha restablecido después de haber superado el rescate bancario al que el país se vio abocado en 2012", señala el noreñense, inmerso también en un trabajo para definir las características del modelo de bienestar europeo, en contraposición al sistema norteamericano.

Diplomado en Relaciones Laborales y licenciado en Ciencias del Trabajo por la Universidad de Oviedo, en ambos casos con premio extraordinario fin de carrera, Luque dedicó su tesis a estudiar las huelgas en España durante las últimas décadas. Poco después de obtener el doctorado, se hizo con una plaza de profesor asociado en el departamento de Sociología y prosiguió con su intensa trayectoria investigadora. "Estoy a punto de finalizar un proyecto sobre corporaciones extranjeras, gobernanza intermedia y recursos humanos en nuestro país", explica. Una labor que realiza en colaboración con la especialista María González y que tiene por objetivo analizar las relaciones entre los actores de gobernanza envueltos en la atracción y retención de inversión extranjera directa y las corporaciones multinacionales en cuanto a su posible contribución al desarrollo de una economía sostenible.

"En la medida en que las regiones españolas ya no pueden competir en costes debido a la globalización y a la ampliación de la UE al Este, estudiamos cómo los agentes económicos y políticos a nivel regional se movilizan para crear un contexto institucional propicio a la inversión", dice. Y los resultados han sido más que llamativos en relación a la diferencia observada entre autonomías. "En España, hemos detectado importantes variantes regionales al detenernos en los casos de Asturias y Madrid. En nuestra comunidad, se aplica un modelo coordinado socialdemócrata, basado en el diálogo entre empresas, Gobierno y agentes sociales. Centros como el de ThyssenKrupp, que cuenta con financiación del Principado, es fruto de este modelo", comenta el docente. "Por contra, en Madrid impera un modelo liberal, que deja en manos del mercado esta regulación", añade.

Esta dicotomía se inserta en una actual corriente de pensamiento que habla de dos sistemas capitalistas capaces de alcanzar el éxito: el coordinado (como Alemania) y el liberal (Estados Unidos). "Muchos especialistas aseguran que nuestro país no se inscribe exactamente en ninguno de ellos. Sin embargo, hemos podido revelar que la economía española es mucho más coordinada de lo que se dice", indica.

En paralelo a esta investigación y relacionada con ella, Luque participa en otra, junto a su compañero Sergio Begega, para conocer la evolución del diálogo social en España, Portugal, Italia y Grecia tras la última gran crisis económica. "El diálogo social es un mecanismo de coordinación que, en estos estados, se vio interrumpido a principios de esta década debido a que perdieron su soberanía para tomar determinadas decisiones; en el caso portugués por el rescate económico; en el español, por el bancario y, en el italiano, por el político, cuando se forzó el recambio de Berlusconi por Monti", afirma el especialista. "Pero, en la Península Ibérica, se ha recuperado recientemente", añade.

En palabras de Luque, la reactivación del diálogo social se debe a que beneficia a todas las partes implicadas. "Es entendido como un juego que tiene lugar en la arena institucional en el cual cada actor controla recursos que el otro desea", comenta. "Los sindicatos ganan legitimidad institucional y el Gobierno cede parte de su capacidad legislativa en ese diálogo a cambio de un aumento de legitimidad ante los ciudadanos", prosigue. "Además, las centrales se convierten en actores políticos y no sólo económicos, una condición que les concede mucha mayor fuerza para lograr sus objetivos", remata.

El profesor participa también en otro trabajo, junto a Begega y Ana Guillén, para detectar las características del modelo social en la Unión Europa, uno de sus elementos diferenciales. "Se trata de definir el Estado de bienestar, que nosotros damos como natural, en comparación con América del Norte, donde el mercado es el principal mecanismo de obtención del bienestar personal y familiar, y la región Asia-Pacífico, donde el dumping social (bajos salarios y escasos derechos laborales) es la principal estrategia competitiva", indica. "En nuestros países, existe un sistema basado en la solidaridad colectiva, en compartir los riesgos, apoyado en la educación, la sanidad y las pensiones", apostilla.

Pero advierte de que este modelo no ha caído del cielo, sino que es fruto de las reivindicaciones de los trabajadores desde hace mucho tiempo. Por eso, está convencido de que se acabará extendiendo a otras zonas. "Tarde o temprano, en China surgirán sindicatos y se desarrollará el Estado del bienestar, es un proceso inevitable", concluye este especialista en auscultar la sociedad para conocer sus fortalezas y debilidades.

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