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Comprar un lince boreal a golpe de ratón

El Seprona rastrea páginas web de venta de animales para frenar el contrabando de especies protegidas en la región

Comprar un lince boreal a golpe de ratón MIKI LÓPEZ

A golpe de ratón, hoy en día, puede comprarse prácticamente de todo. Y de todo es un lince boreal, un águila calva, una serpiente pitón, un gallo de pelea, una tortuga gigante, una iguana... Cualquiera de estas especies se puede obtener en Asturias realizando una simple búsqueda por Internet. Una vez localizados, sólo hay que ponerse en contacto con el propietario y concretar el precio de venta. El lince es con diferencia el más caro: 1.500 euros. Pero quizá para tener la mascota en casa la mejor opción sea adquirir un loro (a partir de 200 euros), un dragón barbudo (50 euros) o un simple gusano de seda (5 euros). La mayor tienda de mascotas está ahora dentro de un ordenador.

Pero en este nuevo negocio digital no siempre se juega limpio. Para evitar que entre tanta venta de perros y gatos se cuele un colmillo de marfil de elefante o una piel de leopardo, el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) rastrea de forma rutinaria las páginas de Internet. Además, sus agentes realizan inspecciones por las tiendas de la región con el objetivo de interceptar cualquier tipo de anomalía. Fruto de este trabajo, el cuerpo registró el año pasado 75 intervenciones, de las cuales más de una docena estuvieron relacionados con el contrabando de especies protegidas.

En el marco del convenio "Cites" (Convención sobre el mercado internacional de especies amenazadas de fauna y flora silvestres), este año se desarrolló, del 30 de marzo al 10 de mayo, en el Principado la operación "Cobra III", diseñada por la Interpol para luchar en toda Europa contra el tráfico de animales. Gracias a este programa, el Seprona de la Guardia Civil de Oviedo localizó especies curiosas en los concejos de Cangas del Narcea, Lena, Oviedo, Navia y Vegadeo. El caso más llamativo se dio en Cangas del Narcea, en donde un vecino poseía en su finca un gran lote de ejemplares: un lince boreal, un águila calva, un mochuelo europeo y un búho real.

En estas situaciones, los agentes -hay 25- actúan de la siguiente forma: primero, se hacen pasar por clientes enviando correos electrónicos y cuando ya tienen al vendedor frotándose las manos, le piden cita. Al domicilio acuden, unas veces, de paisano para evitar crear alarma en el vecindario, y otras, de uniforme, asegura el teniente Iván González.

Una vez allí, el Seprona comprueba que no se haya cometido ningún delito de contrabando, que la documentación del animal esté en regla y que el ejemplar no haya sufrido maltrato físico y viva en buenas condiciones de salud. Con respecto al lince boreal de Cangas del Narcea, González explica que su comercialización no está prohibida en Europa, por lo que la investigación se centró en realizar un informe técnico sobre el estado del animal. "Nosotros no podemos determinar si un lince puede vivir en una jaula o no, eso lo tiene que determinar un veterinario. Así que en cuanto hacemos nuestro trabajo, se lo remitimos al Principado y ellos deciden entonces qué medidas adoptar", manifiesta.

Estos mismos pasos se siguieron el mes de mayo con un vecino de Grado, al que cazaron anunciando por Internet la venta de dos gansos del Nilo. Según indica Iván González, la comercialización de este ave está prohibida, ya que se encuentra dentro del catálogo de especies exóticas invasoras, que son aquellas que ponen en peligro el hábitat de las autóctonas. "Además de estar comercializando con ellas, no había dado cuenta a la comunidad autónoma, que es lo que se debe hacer en estos casos", matiza el teniente González. Por si fuera poco, los gansos tenían las alas cortadas para evitar que se escapasen, lo cual supone una clara infracción del bienestar animal.

Las especies exóticas invasoras -entre las que se encuentran el mejillón cebra, el mapache, el caracol manzana o la tortuga de Florida- son precisamente las que más preocupan en Asturias. "Muchas veces, la gente no puede atender a su animal o se cansa de él y lo que hacen es soltarlo al medio natural. Pero para eso hay que saber primero si es una especie invasora", sostiene González. Y más cuando las sanciones rondan entre los 500 y 5.000 euros. Para evitar que se den problemas de este tipo, el Seprona presta especial atención a los casos, normalmente relacionados con reptiles, aunque desde el inicio de la crisis han bajado en picado.

Pero nada de ello sería posible sin la colaboración ciudadana. De hecho, el 70 por ciento de las investigaciones que inicia el Seprona lo hace a partir de las denuncias que recibe por parte de particulares y asociaciones conservacionistas. Entre las más activas están Anadel, Fapas, Seo BirdLife y Lobo Marley. En estas operaciones, dice Iván González, también es clave la coordinación entre las distintas unidades del Seprona en España, ya que "tres de cada cuatro casos que localizamos en la web afectan a otras regiones". Frente al contrabando de especies protegidas queda claro que luchan todos.

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