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En Secundaria también hay cronómetro

La LOMCE marca seis años como máximo para acabar la ESO y cuatro para el Bachillerato, con un sistema de expulsiones más rígido que el de la Universidad

En Secundaria también hay cronómetro

Las normas de permanencia en la Educación Secundaria, la obligatoria de la ESO y la postobligatoria del Bachillerato y FP son hoy en Asturias más rígidas que las que comienzan a regir en la Universidad de Oviedo el próximo curso y que generan un amplio rechazo entre los alumnos.

La LOMCE marca ritmos, casi a modo de corta y pega con la anterior ley educativa, la LOE: un curso de repetición en Primaria y dos repeticiones en la ESO. En Bachillerato (en régimen presencial diurno, el de la mayoría de los alumnos), la permanencia máxima es de cuatro años. La FP limita el número de convocatorias por asignatura a cuatro, más una de gracia. O sea, dos menos que las 6+1 en la Universidad.

Un niño de seis años que llegue al primer curso de Primaria y que a lo largo de su vida académica agote sus posibilidades de repetición, terminaría el Bachillerato con 22 años, cinco más que los compañeros que hayan ido al día y mantenido lo que en términos educativos se llama idoneidad. Aproximadamente un tercio de los alumnos asturianos de 15 años han repetido ya algún curso escolar.

Los créditos

En la Universidad el asunto no se mide en años de permanencia dentro del sistema sino en superación de créditos académicos. Los plazos se relativizan porque existe la posibilidad de anular matrícula, siempre que se superen 12 créditos en el año. Las exigencias de permanencia se reducen a la mitad si el alumno sigue sus estudios a tiempo parcial. No se requiere justificación para ser beneficiario de esta alternativa.

A pesar de todo eso, el régimen de permanencia marca límites que muchos alumnos no logran superan. En el curso pasado fueron exactamente1.099 los afectados por una norma que, con distintos criterios, se mantiene en todas las universidades españolas. Más de 800 de esos alumnos se vieron obligados a cambiar de grado, dentro de la oferta de la Universidad asturiana.

En toda la Secundaria, el alumno tiene 10 años como máximo para aprobar 60 asignaturas de las de curso completo (seis años de permanencia en ESO y cuatro en Bachillerato). Una media de seis asignaturas anuales por curso.

En la Universidad cada alumno cuenta con las ya referidas seis convocatorias y una de gracia que se concede de forma generalizada, recuerda la Administración. La primera vez que se matriculan de una asignatura, si no se presentan al examen no agotan la convocatoria, pero en sucesivas matrículas, la convocatoria sí se agota, se presenten o no a ella.

Se tienen que aprobar 12 créditos al año (equivalentes a dos asignaturas). Después de tres años matriculado en un grado el alumno tiene que haber superado 90 créditos (la mitad de los que corresponderían a tres años de grado que son 180). De esos 90 créditos, 48 deben ser de primero. El argumento de la Universidad es que en ese primer curso se incluyen las asignaturas básicas y por ello deben estar superadas en su mayor parte. Hay Universidades que exigen tener todo primero superado al final del tercer año.

Las normas son las mismas para cualquier grado, al margen de la dificultad. Dejar asignaturas pendientes cuesta dinero, pero para los alumnos con beca, los de familias con menos ingresos, esa repetición es una ruina: pierden la ayuda y, en muchos casos, se ven imposibilitados a seguir sus estudios.

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