En la polémica sobre si los profesores tienen o no que administrar medicinas a sus alumnos enfermos, el sindicato Suatea -tercero de los de la pública que se suma al debate- anima al Principado a copiar el modelo francés que en cada uno de sus institutos, apunta, incluye un médico y dos enfermeros, además de un responsable de cocina, un responsable de servicios técnicos y un trabajador social, todo ellos al margen de la plantilla docente.

"Es totalmente irracional dejar en manos de personas que carecen de formación específica tareas relacionadas con la salud de nuestra infancia y juventud", se decía ayer en una nota del citado sindicato a la vista de la resolución conjunta de Sanidad y Educación, publicada la semana pasada en el BOPA y en la que se regula el protocolo para la administración de medicinas en horario lectivo a los alumnos enfermos.

El protocolo se cubre las espaldas. Los profesores están eximidos de toda responsabilidad, tienen que ser los padres los que lo soliciten, la demanda debe pasar por el Consejo de Salud y por el Consejo Escolar. A pesar de todo no gusta a los sindicatos, quizá porque la carga de trabajo, docente y burocrático, se entiende ya como excesiva.

"Nuestro gobierno pretende que sea el profesorado quien se ocupe de todas las tareas imaginables en los centros educativos. El gobierno reconoce las carencias que en materia de salud presenta el sistema actual, pero en vez de adoptar soluciones razonables pero con coste, opta por sobrecargar a los docentes obviando la necesaria creación de puestos vinculados al sector médico, de enfermería o trabajadores sociales", termina Suatea.