Penas que suman diez años de cárcel. Ésa es la petición de la Fiscalía para el ovetense S. G.-B. G., un médico acusado de traficar con morfina, que conseguía recetándola a pacientes que no la precisaban, sobre todo a su propia madre, o incluso a algunos que ya habían fallecido, según se indica en el escrito de acusación. El ;inisterio Público sostiene que el acusado, que está vinculado a un centro residencial y una clínica de belleza ovetenses, así como centros privados y mutuas de Avilés y Langreo, obtuvo elevadas cantidades de cloruro mórfico de la marca Braun, aprovechando su habilitación para extender recetas médicas. Una vez obtenida la sustancia opiácea, de conocido poder adictivo, el médico -que se presenta como homeópata, acupuntor y naturista, aunque también como dietista y experto en nutrición-, la vendía a terceras personas, según mantiene la Fiscalía en su escrito.

Para conseguir esta sustancia, el acusado se la recetaba a sus pacientes con una frecuencia inusitada, por la elevada cantidad de la misma, y aun cuando éstos, en atención a las enfermedades que tenían diagnosticadas, no precisaban en absoluto de este medicamento.

La mayoría de los pacientes que figuraban en las recetas estaban en centros psicogeriátricos y eran asistidos por el propio acusado, que disponía de una copia del DNI, lo que le facilitaba obtener por sí mismo, de manera directa, el medicamento prescrito.

La actividad delictiva del médico se habría desarrollado entre los años 2010 y 2013. En ese periodo, el acusado llegó a recetar la friolera de 1.036 envases de morfina supuestamente destinados a su madre, sin que ésta los necesitase, puesto que no presentaba una patología que aconsejase la administración de un opiáceo de estas características.

Siempre según el ministerio público, a otros once pacientes les recetó en el mismo periodo de tiempo otros 438 envases, todos ellos, como los prescritos a nombre de su madre, de diez ampollas cada uno.

Recién fallecidos

Pero es que, según el fiscal, el médico fue aún más allá y habría recetado hasta doce envases de morfina a nombre de cinco pacientes el mismo día en que fallecieron o en días posteriores al óbito. Ninguno de ellos presentaban patologías que aconsejasen o justificasen el uso del opiáceo que les prescribió, de lo que se desprende que dicha tenencia fue destinada al tráfico ilícito a terceras personas, según indica la Fiscalía en el escrito de acusación.

Según esta hipótesis, el médico suministraría la droga a determinados "clientes". La Fiscalía no aprecia la posibilidad de que el opiáceo fuese para consumo propio. Los 1.486 envases que según la Fiscalía habría obtenido el médico de forma fraudulenta hacen un total de 14.860 dosis de morfina.

El ministerio público solicita siete años de cárcel por un presunto delito contra la salud pública e inhabilitación especial para el ejercicio de su profesión por el tiempo de la condena. Además, por un delito continuado de falsedad en documento oficial, se piden tres años de prisión, multa de 12 meses con una cuota diaria de 15 euros, con responsabilidad personal subsidiaria en caso de impago, e inhabilitación especial para el ejercicio de su profesión por el tiempo de la condena. En total, diez años de cárcel, otros tanto de inhabilitación y 5.400 euros de multa.

S. G.-B. G. ha tenido incluso algún cargo de relevancia en el Colegio de Médicos. Concretamente ha sido vicepresidente de la sección colegial de Médicos Acupuntores, Homeópatas y Naturistas. Se presenta como médico acreditado por el Colegio Oficial y como ejerciente en la medicina privada desde hace veinte años.

En alguna página de internet vinculada a la una clínica privada avilesina figura como dietista y experto en nutrición. El médico ha trabajado en un centro residencial para ancianos y en varias clínicas de estética y de salud laboral, en una de las cuales, situada en Langreo, dirigió una unidad para dejar de fumar. También ha sido miembro de la Fundación Gijón Baloncesto. El juicio se celebrará esta mañana en la Sección Tercera de la Audiencia.