Lo que pasó en las dos principales ciudades asturianas para que, en medio de una marea de izquierdas, Gijón siguiera en manos de los conservadores y Oviedo acabara con un alcalde que encabeza a la tercera fuerza política varía mucho según quién lo cuente horas después de los plenos de investidura (el de la capital, de auténtico infarto). Para la Federación Socialista Asturiana (FSA), uno de los actores participantes en el asunto, la cosa está clara. Según su interpretación, Podemos le echó un pulso al PSOE regional y lo acabó perdiendo.

Obtener la Alcaldía de Oviedo ha sido "un triunfo" de "la firmeza de la FSA" frente "al pulso de Podemos", según defendió ayer el secretario de Organización de los socialistas asturianos, Jesús Gutiérrez. "Los objetivos eran claros: obtener la alcaldía de Gijón y darle a Podemos la de Oviedo, para que gobernase en cada ciudad la lista de izquierdas más votada. Si Podemos no se hubiera empecinado en Gijón, hoy la capital asturiana tendría un circulito morado, no uno rojo, en los mapas electorales", añadió.

Y es que los socialistas asturianos no comprenden la postura de Xixón sí Puede de vetar como socio a su candidato y consideran que "se nos habría quedado cara de auténticos imbéciles" si hubieran respaldado a Ana Taboada, candidata de Somos (fuerza vinculada a Podemos) en la capital, tras perder Gijón por el rechazo de la misma fuerza política. "Fueron ellos, al final, los que han perdido en la pugna. Nosotros esperábamos una alcaldía y la hemos obtenido, en este caso Oviedo, en vez de Gijón. Ellos no han obtenido nada, pero tuvieron que recular, no podían dejar a Oviedo en manos del PP, porque tienen unas elecciones en noviembre, que son su principal prioridad", sostienen desde la dirección de los socialistas asturianos.

Algunos insisten en que, en el veto a José María Pérez, cabeza de lista en Gijón, han podido más las malas relaciones personales de algunos miembros activos de Xixón sí Puede, que la cordura política. La buena sintonía de Francisco Álvarez-Cascos con algunos representantes del sindicato CSI, cercano a la formación morada, también es uno de los argumentos de otros representantes del PSOE asturiano, que consideran que "favor con favor se paga" y que, por eso, se ha preferido en Gijón dejar la alcaldía en manos de Foro.

Sobre la falta de acuerdo en torno a un tema clave para Podemos (que todos los imputados en casos de corrupción dimitan), la dirección de los socialistas insiste en que tienen sus líneas rojas muy claras y que "nadie nos puede dar lecciones de moral". "Todas las personas a las que se abre juicio oral deben renunciar a sus cargos. Hemos sido en eso tajantes, mucho más que otras fuerzas políticas, como IU. Poner el límite en la imputación no tiene sentido, no es indicio de ninguna conducta corrupta. La línea está en la apertura de juicio oral y esa la tenemos no sólo clara, además la respetamos a rajatabla", dicen fuentes del PSOE. Respecto a si estaban dispuestos a dejar Oviedo al PP en castigo por no obtener Gijón, insisten: "Lo mismo se puede decir de Gijón, son casos iguales".

Para Podemos, lo ocurrido es algo diametralmente distinto. "Es una muestra rancia de vieja política, que choca con una forma nueva de hacer las cosas. Nosotros no cambiamos cromos, no ponemos los intereses del partido por encima del interés de los ciudadanos. El perdedor de todo esto ha sido la FSA, que ha perdido toda su talla moral", asegura el secretario general, Daniel Ripa. "Consideran a las personas y a las ciudades intercambiables y creo que preferían ver en Oviedo a un alcalde del PP que a Wenceslao López", añade el dirigente de la formación morada. "Nos da vergüenza ese descaro de la FSA, que se olvida de la gente. No fue posible alcanzar un acuerdo en Gijón porque no aceptaban la dimisión del posible alcalde si era imputado. Nosotros venimos a luchar con la corrupción, no a tolerarla. Y no tenemos problemas con el PSOE, si acepta esas premisas, como se vió en Oviedo", concluye.