Se le puede llamar el rey del timo del "nazareno", porque ayer fue la quinta vez que se sentaba en el banquillo por un delito de este tipo, que no es otro que simular ante una empresa una solvencia que no se tiene y realizar unos pedidos de mercancía de los que solo se pagan los primeros plazos, dejando importantes sumas a deber. En el caso de Roberto Á. L., las víctimas eran empresas productoras de fruta. Ahora se enfrenta a una petición del ministerio público de dos años de cárcel, que la acusación particular eleva a cuatro años y medio, por considerarlo reincidente y autor de un delito continuado de estafa.

La empresa estafada es Finca Señorío de Rioja, situada en plena Sierra de Alcarama de la Rioja Baja, cerca de Igea, famosa por su manzanas y sus cerezas. Según la letrada que defiende los intereses de la empresa, Liliana González Álvarez, del despacho de Viliulfo Díaz, el acusado hizo tres pedidos de manzana entre enero y marzo de 2010. Estos los pagó. Pero luego hizo otros pedidos de cereza hasta junio de ese año que no se abonaron. En total, dejó una deuda de 15.192 euros.

El acusado, defendido por Andrés Martínez Ceyanes, trató de escurrir el bulto. "En ningún pedido consta mi firma, no hay ningún documento oficial que demuestre los pedidos", dijo ante el juez Carlos Gómez de Liaño Polo, del Juzgado de lo penal número 2 de Oviedo. Más tarde, el acusado ensayó otra excusa. "Los precios que pedían ellos eran enormes, y tampoco me vinculaban", aseguró. Por eso, explicó, solo liquidó 2.000 euros. La defensa aduce además que no tuvieron más noticia de la empresa hasta dos años después, cuando interpuso la denuncia. Tanto la fiscal como la acusación particular sostienen que el acusado tenía hasta seis empresas de venta de fruta para aparentar una solvencia que no tenía y engañar al productor.