Tendrá la misión de dirigir la Junta General más fragmentada, con seis partidos. Pedro Sanjurjo (Vegadeo, 1958) afronta su segunda legislatura como presidente de la Cámara asturiana convencido de que habrá que introducir cambios para que los debates resulten más ágiles pero esperanzado en que la mayor pluralidad del parlamento asturiano no sea sinónimo de "parálisis". Sus prioridades: cercanía, transparencia y eficacia. La próxima semana anunciará la fecha del pleno de elección del presidente regional.

-¿En un parlamento más fragmentado resultará más difícil ejercer el papel de árbitro?

-Habrá un grupo más que en la anterior legislatura pero en Asturias tenemos mucha experiencia en pluralidad. Aquí el bipartidismo no fue nunca el modelo porque, cuando menos, hubo cuatro grupos. Venimos de cinco grupos y ahora habrá seis. Espero que no derive en el debate estéril sino que conduzca al reflejo de una mayor pluralidad de la sociedad, capaz de confluir en fórmulas de gobierno y estabilidad.

-¿Qué consecuencias acarreará que haya un partido más?

-Desde el punto de vista práctico tendremos que hacer ajustes de tiempos y contenidos de los debates tanto en los plenos como en comisiones. Me inclinaría no tanto por reducir los contenidos pero sí los tiempos para hacer los debates más ágiles y evitar las exposiciones excesivamente largas en el pleno. Un criterio también aceptado es que no haya un incremento de presupuesto y que con la cantidad que había para cinco grupos se reparta entre seis. Y habrá voces nuevas en el parlamento, algo que en términos democráticos siempre es saludable.

-En el primer pleno dos diputados de Podemos no le saludaron. ¿Qué le pareció?

-Uno de esos diputados al final de la jornada me vino a saludar y a decirme que estaba tan nervioso que salió corriendo de la tribuna y no se dio cuenta de atender la actividad protocolaria del saludo al Presidente. Por tanto no le concedo ninguna importancia, no veo ninguna otra carga de intencionalidad política.

-¿Y qué hubiera una papeleta con el nombre del exsindicalista José Ángel Fernández Villa en las votaciones de ese primer pleno?

-Desde el punto de vista institucional no es lo más adecuado porque estábamos eligiendo a los representantes de la Mesa de la Cámara. Es reflejo de una inexperiencia y de una falta del respeto que nos debemos unos a otros cuando representamos a todos los asturianos.

-Hablaba antes de mantener el mismo presupuesto, algo más de 13 millones de euros, con un grupo más pero algún partido exige recortes. ¿Hay margen?

-Todo es posible, pero el presupuesto atiende ya con criterios de austeridad los mínimos necesarios para que la actividad política se mantenga. Desde 2012 a 2015, redujimos el presupuesto de la Junta General en 1,5 millones de euros. Esta disminución guarda relación con las actividades prescindibles pero no deberíamos limitar el margen de maniobra de los grupos parlamentarios. Reducir las asignaciones a los grupos sería poner en dificultades la labor política, clave del funcionamiento del Parlamento.

-La asignación a los grupos políticos suele usarse como vía de financiación a los partido, algo que no es ilegal. ¿Pero le parece correcto?

-Es una fórmula que hace viable la actividad política de los grupos parlamentarios y sus respectivas organizaciones. Las representaciones políticas tienen una responsabilidad no solo en sede parlamentaria sino que deben tener presencia en el territorio y para eso son necesarios medios materiales y humanos.

-¿Hacen falta 47 asesores?

-Este es un concepto que no me parece adecuado. Se ha popularizado el concepto de asesor como una persona al servicio de un diputado cuando no es así. El personal eventual conforma un cuerpo de apoyo a la labor de los diputados y de su grupo. La democracia nos cuesta dinero, los grupos políticos han de disponer de recursos públicos y la contrapartida a exigir es que haya transparencia masiva.

-¿No habría que exigir a los grupos políticos que informaran públicamente del destino de esas asignaciones?

-Eso ya queda en la esfera y responsabilidad de cada partido. Pero existe un mecanismo de control sobre el destino de esos dineros: los grupos deben justificar el gasto mediante un informe que debe ser visado por el interventor de la Junta General y aprobado por la Mesa. Es un procedimiento que implantamos en la anterior legislatura.

-Como en cada legislatura las primeras discusiones se centran en los sueldos y la asignación de los grupos. ¿No sería preferible que los salarios se fijasen mediante una ley?

-Sí porque producen una imagen distorsionada de la representación política. En Asturias se fijó, tras un año muy laborioso con muchas tensiones, el criterio razonable de que los diputados se asimilen con los directores generales del gobierno en cuanto a las retribuciones. Es un criterio que debería ser perdurable y no ser sometido a discusión cada vez que hay elecciones.

-Le supongo una visión de conjunto. ¿El parlamento asturiano y sus diputados salen más baratos o más caros que los del resto del país?

-En Asturias tenemos unos niveles retributivos modestos para los diputados.

-Hace tres años la votación para elegir a los miembros de la Mesa dio pistas de los apoyos para la investidura. ¿Ocurrirá igual ahora o es un escenario diferente?

-Yo no vincularía una cuestión y otra. Son elecciones distintas.

-Seis grupos parlamentarios, el partido más votado no llega a un tercio de los diputados. ¿Ve riesgo de que sea necesario repetir las elecciones?

-No lo contemplo, hay alternativas para conformar mayorías en el parlamento que impidan la repetición de elecciones, algo que sería muy negativa para la sociedad. Hay que buscar todas las fórmulas habidas y por haber para conformar un gobierno estable.

-Usted es vecino de Gijón y ha sido concejal. ¿Qué la parece que un partido defina su voto a la Alcaldía en una consulta ciudadana poco después de las elecciones municipales?

-No voy a interpretar las decisiones de los partidos, sólo constatar que una ciudad con mayoría de izquierdas tiene un gobierno de derechas. Una ciudad que históricamente se decantó por opciones progresistas tiene un gobierno de un partido que ha tenido un resultado muy distinto al de hace 4 años; sostener un gobierno conservador donde es mayoría la izquierda exige una reflexión.