Los Reyes Felipe y Letizia condecoraron ayer a 38 ciudadanos anónimos de conducta ejemplar, dos de ellos asturianos, por su compromiso solidario y su afán de superación. Un acto lleno de simbolismo para conmemorar el primer año de reinado y con un llamamiento a construir una España "desde la afirmación de principios éticos y morales".

Justo un año después de que los Reyes saludaran a los madrileños desde el balcón principal del palacio tras la proclamación en el Congreso, Felipe recordó aquel "imborrable" día al garantizar que, desde entonces, trabaja "lleno de ilusión" para honrar sus compromisos e impulsar una constante "adaptación y renovación" a las exigencias que demanda la sociedad del siglo XXI.

En el Salón de Columnas del Palacio Real, el mismo lugar en el que don Juan Carlos firmó su abdicación, Felipe VI expresó su voluntad de reconocer los valores y "ensalzar la ejemplaridad cívica". "Vosotros sois los que hacéis grande a España", dijo Felipe VI ante los galardonados de toda España, con edades entre 30 y 82 años. La historia que hay detrás la condecoración a los asturianos distinguidos ayer refleja bien las palabras del Rey.

Belén Salgueiro Vázquez, de 37 años, afincada en Gijón, tiene grabada a fuego en la memoria la fatídica fecha del lunes 28 de agosto de 1978. Ese día, a las once y veinte minutos de la mañana, su padre, Aurelio Salgueiro López, cabo primero de la Guardia Civil adscrito al Servicio de Información, era tiroteado en plena calle en Mondragón por pistoleros de los Comandos Autónomos Anticapitalistas, escisión ácrata de ETA.

El agente de la Benemérita, de 46 años, casado y padre de siete hijos -la menor, de once meses- hacía el recorrido a pie, como cada día, entre la estafeta de correos y el cuartel, para recoger la correspondencia. Los asesinos le dispararon por la espalda: cuatro impactos en el tórax y en la cabeza. Fue en presencia de uno de sus hijos, de 14 años, que sufrió un síndrome de estrés postraumático que derivó en una incapacidad permanente en grado de gran invalidez. El cabo Salgueiro era natural de Monforte de Lemos. Llevaba ocho años destinado en el cuartel de Arrasate, en Mondragón, la que había llegado con su familia en agosto de 1970.

Belén no quiere resucitar esos recuerdos, ni siquiera ayer, cuando el Rey reconoció en esta joven que regenta en Gijón una agencia de viajes, el dolor de las víctimas del terrorismo y el empeño de todas esas familias por salir adelante. Belén guarda silencio: hablan por ella unas profundas cicatrices.

"Fue una sorpresa, no sabíamos nada", relata esta empresaria gijonesa desde el teléfono a la salida del Palacio Real, emocionada. Del Rey recibió "la enhorabuena y palabras que destacaban el afán de superación". En la reseña de la entrega de la condecoración al Mérito Civil se explica que Belén Salgueiro "luchó junto a su madre y sus seis hermanos para salir adelante en condiciones de gran dificultad". Uno de los hermanos de Belén ya había recibido en 2011 la Encomienda de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo, del Ministerio de Interior.

El segundo galardonado es el bioquímico Fernando García Osorio. "Este reconocimiento valora la importancia de la actividad investigadora. Para mí es un reconocimiento colectivo que hago extensivo a mis compañeros del laboratorio de Carlos López Otín y a todos los investigadores de la Universidad de Oviedo", afirmó ayer García Osorio. Aunque nació en Oviedo, toda su familia es quirosana. Estudió en el colegio de los Dominicos de Oviedo y en la Universidad asturiana. Su padre, minero, falleció en un accidente laboral. Su biografía muestra una historia de esfuerzo y superación, tanto personal como familiar.

En el año 2008 se incorporó al grupo de López Otín y desde entonces ha acumulado un expediente académico muy destacado en el que destacan las investigaciones y publicaciones sobre el envejecimiento acelerado (progeria).

García Osorio se mostró "muy agradecido" por ser incluido en el elenco de condecorados por los Reyes. "Me ha dado la oportunidad de conocer un grupo de personas increíbles, muy merecedoras todas ellas de este reconocimiento", señaló. El científico asturiano quiso singularizar su gratitud a los catedráticos Carlos López Otín y Gloria Velasco: "Han sido esenciales en mi vida profesional y personal. Sin ellos, nada de esto habría sido posible".

Tras el acto los Reyes han tenido ocasión de conversar de forma distendida con los homenajeados, "héroes anónimos" de la sociedad española. Hubo más tarde un almuerzo ofrecido a los representantes de los grandes poderes institucionales del Estado. La jornada conmemorativa del histórico 19 de junio de 2014 había comenzado en Madrid con un solemne izado de la gran bandera nacional de la Plaza de Colón, al que han asistido los máximos responsables de la cúpula militar.