El debate de investidura del presidente asturiano acortará su formato respecto a la aplicación estricta del Reglamento de la Cámara, según ha acordado hoy la Junta de Portavoces con el apoyo del PSOE, Podemos e IU, la abstención de Ciudadanos y entre críticas de Foro y del PP, que ha llegado a calificar el acuerdo de "pucherazo".

El formato elegido contempla que mañana intervengan por tiempo ilimitado ante el pleno los tres candidatos -Javier Fernández (PSOE), Mercedes Fernández (PP) y Emilio León (Podemos)- y que la sesión se reanude al día siguiente con la intervención de los portavoces de los seis grupos por un periodo de 45 minutos.

Posteriormente, los candidatos contestarán de forma agrupada a los grupos por un tiempo máximo de treinta minutos y se abrirá después un turno de diez minutos para las formaciones políticas y otro del mismo periodo para quienes optan a la Presidencia.

A continuación se celebrará la votación, que requiere de mayoría absoluta para investir presidente, y, dado que no es previsible que ninguno de los candidatos la alcance, se repetirá el viernes, una vez transcurrido el plazo preceptivo de 48 horas, entre los dos con más apoyos y será elegida el que obtenga más respaldo.

La propuesta de Foro y del PP planteaba que cada candidato expusiera su programa de gobierno en una jornada y que, al día siguiente, se celebrase el debate con el resto de los grupos de acuerdo a las previsiones reglamentarias lo que habría alargado la sesión durante seis días a los que habría que añadir un séptimo en el más que probable caso de que hubiese que repetir votación.

De haberse aplicado de forma estricta las previsiones reglamentarias la sesión del miércoles podría haber contado hasta con cuarenta y dos intervenciones de grupos y candidatos que, de agotar los tiempos del Reglamento, lo que habría llevado a una duración máxima de quince horas y treinta minutos, que se reducirán ahora a unas siete horas y media con el formato aprobado.

Para el portavoz adjunto del PP, Luis Venta, PSOE, Podemos e IU han impuesto "a la trágala" una fórmula que supone "un pucherazo" y "un atropello" con el que se pretende "acelerar" el debate más importante que afronta un Parlamento a lo largo de una legislatura.

A su juicio, "lo más claro" hubiese sido que cada candidato expusiese su programa y debatiese al día siguiente con el resto de grupos dado que no hay "ninguna prisa acuciante para acabar esto rápidamente" con lo que se ha optado "por hurtar el debate a la ciudadanía".

En términos similares se ha expresado la portavoz de Foro, Cristina Coto, que ha considerado "de patio de colegio" la fórmula elegida dado que evita "el cuerpo a cuerpo entre grupos y candidatos" lo que daña la legitimidad de la Junta que, de esta forma, celebrará una sesión de investidura de similar duración a la de hace tres años pese a que se presentan dos candidaturas más.

Para el portavoz socialista, Fernando Lastra, con la propuesta que ha planteado, el PP cae "en la extravagancia" y se aleja "de forma deliberada" de los acuerdos ofreciendo planteamientos "ineficaces", que rayan "el absurdo" y resultan "destructivos".

Según Lastra, el modelo finalmente elegido permite realizar un debate "ordenado e inteligible" en el que se mantiene "lo importante" que es la presentación de los programas de gobierno y que éstos se debatan con el conjunto de los grupos parlamentarios.

Izquierda Unida, que había planteado una propuesta que acortaba incluso más la duración del debate reduciendo las intervenciones de los grupos que presentan candidato, ha lamentado "la ceremonia de la confusión y de la impotencia" en que se convertirá la sesión de investidura, según su portavoz, Gaspar Llamazares.

Así, ha señalado que si la sesión pasa a ser "una torre de Bable" no es por una cuestión reglamentaria si no por que los grupos "no han hecho los deberes" y no han buscado acuerdos previos para garantizar la investidura lo que llevará a que el pleno se convierta "en un debate electoral más, pero ya fuera de la campaña electoral".

Por último, el portavoz de Ciudadanos, Nicanor García, cuyo grupo ha optado por la abstención, ha señalado que ambas posturas "tenían pros y contras" y ha advertido de que lo importante "no es tanto el tiempo ni el formato" como la voluntad de diálogo entre los grupos que, ha advertido, no ha existido hasta ahora en la Junta.