La reforma del régimen electoral promete volver a planear sobre las tentativas de acuerdo que el PSOE está obligado a emprender ante la próxima votación de investidura. Los planteamientos de los tres posibles interlocutores del pacto amenazan con repetir en parte algunos de los temas de conversación de la legislatura anterior, en la que el sistema de elección gravitó primero en torno a la alianza y después alrededor de la ruptura de los socialistas con IU y UPyD. En esta ocasión, Ciudadanos e IU han hecho bandera de la necesidad de un cambio en el sistema electivo dirigiendo el mapa hacia la circunscripción única, en algún caso esta misma semana en el debate de investidura y acompañando esa propuesta de la exigencia de modificar la ley del presidente. Podemos ha abogado asimismo por una mejora en la proporcionalidad del voto y por la adopción de mecanismos que aseguren la igualdad del valor del voto independientemente del lugar donde se emita.

Como quiera que además también están pendientes los dos puestos de senador por designación del parlamento autonómico -uno corresponde al PSOE y otro, al PP-, a la vista de lo sucedido en la pasada legislatura esos nombres pueden volver a tener algún peso en la negociación. En el periodo anterior, la cesión de un escaño de senador a IU fue una de las cláusulas del acuerdo al que llegó la coalición con los socialistas, y aunque ahora nadie quiere oír hablar expresamente de intercambios de apoyos por puestos, PSOE y PP han guardado con sigilo hasta el momento los nombres que proponen para ocupar esos sillones en el Senado.