La alianza no está cocida, pero los cocineros del pacto están satisfechos. Así lo expresaron ayer el presidente en funciones, el socialista Javier Fernández, y los representantes de IU Manuel González Orviz y Gaspar Llamazares, tras mantener una reunión de algo más de dos horas para alcanzar acuerdos para la investidura del presidente regional. Del encuentro, ambas formaciones políticas salieron con una entente en materia social y de servicios públicos. Sus equipos de trabajo seguirán en contacto durante el fin de semana, para intentar cerrar un acuerdo de programa el próximo martes, cuando se reunirán de nuevo las cúpulas de los dos partidos para debatir las otras dos "patas" de la alianza: un plan de lucha contra la corrupción y para la regeneración democrática, y las "prioridades estratégicas de Asturias".

Por el camino, el PSOE intentará cerrar acuerdos con las otras dos fuerzas políticas "de centro-izquierda", Podemos y Ciudadanos. "No queremos que esto se eternice, a ver si es posible alcanzar un acuerdo la próxima semana", señaló el presidente en funciones, Javier Fernández, al término de la reunión.

La FSA se puso en contacto con Podemos en dos ocasiones (por la mañana y a media tarde, una vez finalizada la entrevista con IU) para intentar cerrar una nueva reunión, hoy viernes o mañana sábado, con el objetivo de mantener el lunes otro encuentro con Ciudadanos y llegar al martes con las cartas más claras. A última hora de la tarde, Podemos no había dado aún una fecha para la reunión, lo que suscitó entre los socialistas "preocupación", ya que quieren "trabajar lo más posible" para cerrar un acuerdo que permita a la región formar Gobierno tras las elecciones del pasado 24 de mayo.

En cuanto a la reunión mantenida ayer con IU, todos se mostraron satisfechos. "Hemos encontrado sintonía y hemos avanzado en la idea de formar un Gobierno lo más estable posible", señaló Javier Fernández, que destacó que se han "limado las diferencias" en cuanto al mantenimiento de los servicios públicos y en las medidas sociales para atenuar las consecuencias de la crisis económica sobre las personas más vulnerables.

El acuerdo, según informaron los representantes de IU, incluye un plan contra la pobreza energética, otro para garantizar la vivienda, reforzar los programas contra la pobreza infantil y mejorar el salario social. Estas medidas, aseguró el coordinador de IU, Manuel González Orviz, contarán "con presupuesto", aunque no se aclaró la cifra. "Estaba presente la consejera de Hacienda (Dolores Carcedo) y garantizó que hay disponibilidad presupuestaria", puntualizó después Javier Fernández. Estas medidas de choque, que se pondrían en marcha "de forma inmediata" una vez constituido el Gobierno, se completan con una ley de derechos vitales básicos que regularía la cobertura de las necesidades primarias de los ciudadanos, que se aprobaría en el primer semestre de 2016.

IU acordó además con los socialistas el reforzamiento de los servicios públicos, "revirtiendo privatizaciones o externalizaciones que estén en marcha" y frenando medidas de recorte impulsadas por el Gobierno central. Ampliar los usuarios de la ley de Dependencia, revertir el decreto que excluye a los inmigrantes de la sanidad pública, frenar "la externalización" de contratos en servicios sociales ("que se gestionarían directamente o a través del tercer sector") son algunos de los aspectos del acuerdo. Llamazares hizo un llamamiento a Podemos para definir su postura, ya que "no descartamos aún un Gobierno tripartito de izquierdas". En caso de que Podemos no se sume, barajan un acuerdo de investidura o de apoyo parlamentario.