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Manual de alta montaña

Planificar la ruta, consultar la previsión meteorológica, contratar a un guía titulado y llevar abundante agua son los principales consejos de los alpinistas

Manual de alta montaña

Si uno quiere perderse por la montaña, pero al mismo tiempo llegar sano y salvo a casa, lo mejor es planificar la ruta, consultar la previsión meteorológica, contratar a un guía titulado y llevar abundante agua en la mochila. Estas son algunas de las recomendaciones que hacen los alpinistas asturianos para no llevar sustos, como el de este martes en los Picos de Europa. Un alud de piedras y lodos sorprendió, en plena excursión, a un grupo de scouts que resultaron heridos. Los montañeros creen que ese incidente pudo evitarse si los monitores se hubiesen informado previamente de las características del terreno y del tiempo. A continuación, se ofrece un manual de iniciación para caminar con seguridad por las zonas más altas de Asturias y descubrir su encanto.

1Planificar la excursión. Antes de ponerse en marcha, los montañeros aconsejan conocer con todo lujo de detalles las características de la ruta y localizar los puntos de mayor riesgos. Una vez conocidos esos datos, Manolo Taibo, responsable de seguridad de montaña y prevención de riesgos de la Federación Asturiana de Montaña, explica que hay que tener en cuenta las capacidades que tiene cada persona y en función de ello, decidir si hacer la senda u optar por otra más sencilla. De todas formas, siempre hay que ir "de menos a más".

2Llevar el equipamiento adecuado. Antonio Alba hace especial hincapié en la indumentaria que debe de llevar una persona en el caso de querer caminar entre picos. Para empezar, indica que hay que llevar ropa cómoda y botas de montaña. También aconseja meter en la mochila algo de abrigo y de agua, ya que las condiciones meteorológicas en zonas de gran altitud pueden cambiar en cuestión de minutos. Alba recomienda asimismo llevar gorra, gafas de sol, protección solar y, por supuesto, agua (entre 1,5 o 2 litros). Manolo Taibo va más allá y señala que la mochila debe de ir cargada de otros muchos elementos. Entre ellos, cordinos de seguridad y mosquetones para resolver los problemas que se pudiesen dar en la montaña, una linterna con las pilas cargadas, un teléfono móvil, un botiquín personalizado con manta de supervivencia, alimentación de reserva y material de orientación (un mapa, una brújula y/o gps).

3Consultar la previsión meteorológica. Si anuncian lluvia o, peor aún, tormenta, Antonio Alba insiste en que hay que suspender la ruta. Una excursión de estas características sólo puede hacerse si hace buen tiempo, pero sin excesivo calor. "No sólo tenemos el sol, sino que además las rocas a cierta altura desprenden calor", dice. De ahí, la importancia de llevar agua para no deshidratarse. Además, en la montaña este recurso es escaso y de encontrarse puede no estar tratada para su consumo. También puede suceder que, en el camino, el paseante encuentre niebla y encima espesa. En ese caso, Alba recomienda no moverse del sitio y esperar a que levante la bruma o ser rescatado.

4Hacer la ruta en compañía de un experto. El vicepresidente de la Agrupación de Montañeros Veteranos del Principado de Asturias, Manuel Iñarra, asegura que no debe de irse a la montaña nunca solo. "Hay que contratar a un guía o en todo caso acudir con un club de montaña", destaca por su parte Manolo Taibo. Para ello, aconseja a los caminantes federarse, ya que "a través de las asociaciones es cómo se adquiere experiencia", sostiene. En el supuesto de llevar niños, optar siempre por sendas fáciles y de recorrido corto.

5Prestar atención a los carteles informativos. El codirector del Parque Nacional de los Picos de Europa y montañero Agustín Santori sugiere leer todos los paneles que se encuentren por el camino. En esos paneles suelen aparecer indicaciones como las siguientes: no salirse de la ruta, no atravesar zonas con hielo, no introducirse en el cauce de los ríos, no caminar cerca de precipicios y hacer fotos, no caminar sin luz, y no andar cerca de la base de paredes naturales y cortadas, donde puede existir riesgos de desprendimientos de tierra, piedras o nieve. "Muchas veces pensamos que lo sabemos todo, pero no es así; la montaña es peligrosa", remata Taibo.

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