Un filólogo miembro de la Academia de la Llingua y un experto en gestión sanitaria son los dos fichajes de Javier Fernández para su gobierno, junto al profesor de hacienda Pública de la Universidad de Oviedo Francisco Blanco. A los tres se suma la exalcaldesa de Avilés, Pilar Varela, para conformar las caras nuevas de un Ejecutivo en el que la mitad de sus miembros repiten cargo y cometido. En este caso están Dolores Carcedo, que seguirá en Hacienda y Sector Público; Guillermo Martínez, que mantiene la Consejería de Presidencia (que añade a sus competencias Participación Ciudadana); María Jesús Álvarez, que continúa al frente de Desarrollo Rural, y Belén Fernández, que conserva su responsabilidad, ahora con el nombre de Consejería de Infraestructuras (en vez de Fomento).

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Para sustituir a la hasta ahora consejera de Educación y Cultura, Ana González, el presidente asturiano ha fichado a Genaro Alonso Megido, doctor en Filología Española, con amplia experiencia en la vida interna de la Consejería, ya que es inspector de Educación desde 1994. Tiene además otra faceta: es experto en llingua asturiana, sobre la que ha publicado varios trabajos, y es miembro de número de la Academia de la Llingua Asturiana desde 1990, lo que le da un conocimiento directo de uno de los asuntos polémicos de la gestión del PSOE, el referido a la protección del asturiano. De hecho, es uno de los aspectos en los que no fue posible un acuerdo entre la Federación Socialista Asturiana e IU, ya que la coalición aspira a conseguir la cooficialidad, que rechaza el PSOE.

En el pacto de investidura suscrito por la FSA con la coalición se contempla la creación de una comisión de estudio sobre el régimen de protección del asturiano. Se trata, pues, de un perfil que puede batirse en dos de las áreas complejas de la consejería: la gestión directa de la enseñanza, y la protección de la llingua, que exigen los posibles socios del PSOE en la izquierda de la Cámara, tanto IU como Podemos.

Genaro Alonso es además el único independiente del Gobierno, una concesión a la petición del portavoz de IU, Gaspar Llamazares, de que el PSOE incorporara al Ejecutivo a perfiles profesionales, elegidos de la militancia más directa.

El nuevo consejero de Sanidad, Francisco del Busto, sí es militante socialista: fue miembro de la comisión de sanidad de la FSA, y tiene una dilatada trayectoria como gestor de la sanidad asturiana, desde el SESPA (donde fue director de Asistencia Sanitaria) o el área de Urgencias del HUCA. En la actualidad, era gerente del Hospital Valle del Nalón. Del Busto tendrá que asumir la pacificación de un sector que ha sido muy polémico, ya que afrontó el traslado del principal hospital de Asturias, el HUCA, en lo más duro de la crisis económica. Las listas de espera, la reorganización de las áreas sanitarias y la mejora del funcionamiento del HUCA son algunos de los retos de su consejería para esta legislatura.

Otra novedad en el Gobierno, ya esperada, es la inclusión de Francisco Blanco, profesor de Economía Pública de la Universidad de Oviedo. Blanco, que sustituirá al veterano Graciano Torre, es miembro de la Ejecutiva de la FSA, y fue el encargado de coordinar la redacción del programa electoral de los socialistas. Fue uno de los asturianos que Pedro Sánchez barajó para su Ejecutiva, tras ser nombrado secretario general del partido. Blanco tendrá que apechugar con uno de los principales retos de la legislatura: mejorar las cifras del paro, que sitúan a Asturias a la cola de la recuperación. Quizá por ello, su consejería es una de las que cambian de nombre: de ser Economía y Empleo, pasará a ser Empleo, Industria y Turismo.

La cuarta incorporación es la de la exalcaldesa de Avilés, Pilar Varela, que tras ocho años en la alcaldía optó por no volver a encabezar la candidatura tras ser imputada en dos procesos judiciales, el de Aquagest y del Niemeyer. Desimputada posteriormente de ambos procesos por decisión judicial, Javier Fernández ha cumplido su palabra de contar con ella. Su consejería también ha sido rebautizada: de Bienestar Social pasará a llamarse Consejería de Servicios y Derechos Sociales, quizá para ajustarla al nuevo giro que tendrá la política social tras el pacto con IU, que tiene entre sus prioridades impulsar un "rescate ciudadano" de los asturianos más golpeados por la crisis.

Los otros cuatro miembros del Ejecutivo repiten en sus cargos, aunque con retoques en algunas de las consejerías. Dolores Carcedo, número dos de la lista electoral, se mantiene con la misma responsabilidad: consejera de Hacienda y Sector Público. Guillermo Martínez, hasta ahora consejero de Presidencia, mantiene el mismo cargo, ampliado a Participación Ciudadana, otra de las prioridades de la legislatura. Belén Fernández, hasta ahora titular de Fomento, tendrá el mismo cometido, al frente de la Consejería de Infraestructuras, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente, lo mismo que María Jesús Álvarez, que llevará la Consejería de Desarrollo Rural y Recursos Naturales.

El diseño del equipo de Javier Fernández no ha acabado de convencer a su principal socio en la Junta General del Principado, Izquierda Unida. Para IU, que apoyó con sus votos la investidura del presidente regional tras el empate con la candidata presentada por el PP, Mercedes Fernández, el cambio "se ha quedado a medias". "Se abre una puerta respecto a las medidas de rescate social pero dan un portazo al medio ambiente al mantener a Belén Fernández", valora el portavoz de IU, Gaspar Llamazares, que considera que el nuevo Ejecutivo tiene "bajo perfil y sin liderazgo frente a los retos sociales y económicos que afronta Asturias en esta legislatura, sin olvidar que se trata de un Gobierno en minoría que reafirma a IU en su orientación sobre la necesidad de un Gobierno plural y de cambio". Para que ese "Gobierno plural" se diera, tendría que sumarse Podemos, algo que rechaza la formación morada.

Para Llamazares, el plan de residuos, tumbado en los tribunales, era causa suficiente para sustituir a Belén Fernández, cuya continuidad es una de sus principales críticas al nuevo Ejecutivo.