El turismo asturiano recupera una parte del vigor que tenía en los años previos a la crisis y se obliga a retroceder hasta 2007 para encontrar un recuento del primer semestre del año con más turistas que 2015. De enero a junio, según los datos divulgados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la suma de las distintas modalidades de alojamiento suma 764.669 visitantes, más de 77.000 por encima de la cifra del mismo periodo de 2014, más clientes y pernoctaciones que todos los ejercicios anteriores desde el advenimiento de la recesión.

El incremento de los seis primeros meses de este año es el segundo consecutivo desde el peor año del ciclo, 2013, y sube las visitas respecto al pasado en un 11,3 por ciento y las noches vendidas a turistas en un 10,5. Todo eso pasa, esto sí, a costa de prolongar la estrategia de contracción de precios que el sector ha utilizado como el gran amortiguador de la caída durante todo el periodo recesivo. Si la tarifa de los hoteles asturianos fue en junio la más baja de las regiones del Norte -51,77 euros por habitación disponible- y su descenso interanual el segundo más voluminoso del país tras el de La Rioja, los alojamientos de turismo rural vienen de secundar esa tendencia y de ser asimismo los únicos de la España Verde que redujeron sus tarifas en junio, encadenando ya, según las cuentas del INE, cinco meses consecutivos de rebajas.

El resultado de esa estrategia achica la ganancia de los establecimientos, pero a cambio ha conseguido reforzar la atracción de turistas hasta niveles desconocidos en la región más acá del año 2008. El número de visitas que ayer celebró el Gobierno del Principado es el segundo más alto de la serie histórica del INE, que empieza a contar en 1999. Las casas rurales, los campings, y los hoteles, todas las clases de alojamiento, con la única excepción de los apartamentos, completaron el recuento de la primera mitad del año con más turistas que en el mismo periodo de 2014, pero la cabeza tractora principal del incremento es el sector hotelero, el único que individualmente registró en el ciclo analizado su nivel más alto de visitantes desde 2007.

El progreso se identifica en todas las variedades del hospedaje y alcanza asimismo al tradicional punto débil del sector turístico asturiano. Las visitas de clientes extranjeros, 110.679 en los seis primeros del ejercicio, están un 12,6 por ciento por encima de las contabilizadas el año pasado e incrementan en un siete las noches que los turistas foráneos pasaron en la región hasta junio. Esos datos encajan con los divulgados la semana pasada por el Instituto de Estudios Turísticos, que situaban al Principado en el entorno de esos 100.000 visitantes internacionales y a la cabeza del incremento del turismo foráneo entre su competencia directa de la España Verde. En este mercado, no obstante, Asturias sigue siendo la región de la Cornisa Cantábrica con menos alojamientos de extranjeros en establecimientos rurales y la penúltima, no demasiado lejos de Cantabria, en afluencia de foráneos a los hoteles.

Si el inventario se circunscribe al último mes analizado por los servicios estadísticos, el área de actividad de las vacaciones y la hostelería en Asturias sale asimismo reforzada del mejor junio de la serie histórica, con registros que suman más de 200.000 clientes en las diferentes especialidades del alojamiento y que sobrepasan las 420.000 pernoctaciones. El sector también sigue aquí la estela del progreso en el resultado de los hoteles, que vienen de marcar el tope de registros de turistas en un mes de junio desde que hay memoria estadística.

El mes que avanza la temporada alta veraniega hilvana de este modo una parte del descosido que la crisis abrió en el sector turístico de la región, que en a lo largo de todo el ciclo crítico tampoco nunca había encadenado hasta ahora dos años consecutivos de incremento de clientes al cierre del primer semestre del año.