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"Un Gobierno socialista debería cambiar la política energética"

"Estoy convencido de que Asturias se reenganchará a la recuperación económica si ésta se consolida"

El presidente del Principado, en su despacho oficial. JULIÁN RUS

-Los últimos datos de la EPA sitúan a Asturias a la cola de la recuperación. ¿Está preocupado?

-Los datos no son buenos y sí generan preocupación, pero hay que tener perspectiva. En el trimestre anterior, Asturias fue la comunidad que más creció. Los datos interanuales son los que mejor determinan las tendencias y estoy convencido de que Asturias se reenganchará a la tendencia nacional, si se consolida. De todos los datos de la encuesta, el que más nos separa de la media española es la tasa de actividad. Si se analiza con precisión, hay 6 puntos de diferencia en el número de jubilados y pensionistas, y estamos casi dos puntos por encima de la media en incapacidades permanentes. Estamos por debajo en tasa de actividad no por desánimo, sino por el envejecimiento, que está en la raíz de nuestros problemas. Es un asunto clave que debemos abordar como sociedad.

-¿Y tiene recetas?

-No hay recetas mágicas. Todo lo que pase por la conciliación familiar y laboral y por las oportunidades de empleo estable y vivienda ayuda en ese camino, pero hay también causas de raíz cultural. Es un proceso complejo que exige no sólo un pacto interno en Asturias, sino la intervención por parte del Gobierno central y de la Unión Europea.

-Una de las apuestas de su programa es la creación de "clusters", uniones estratégicas de empresas para mejorar su posición en el mercado.

-El gran problema de la economía española es la atomización empresarial, y en Asturias se da aún en mayor medida. Por eso, todas las fórmulas que estimulen el crecimiento empresarial, a través de procesos internos de la propia empresa o de la concertación con otras son cruciales, pero es algo que no depende solamente de la acción del Gobierno, sino también, y sobre todo, de la toma de conciencia de las propias empresas. Dentro de la innovación empresarial, debería incluirse este asunto, la búsqueda mediante fórmulas de cooperación de la dimensión óptima para las empresas. Hace falta que algunas que se ven como competidoras perciban también que pueden ser cooperadoras.

-¿Están funcionando los instrumentos de impulso empresarial, como Asturex o el IDEPA, o requieren cambios?

-Los datos son positivos, las cifras de inversión y exportación avalan su tarea, pero el mundo empresarial está en permanente reformulación, la necesidad de cambio y de adaptación son evidentes. La trayectoria de internacionalización que tiene Asturex es satisfactoria, y los datos objetivos avalan el trabajo del IDEPA. Hay un plan de innovación que debemos desarrollar, con sectores que son cruciales, como el de las nuevas tecnologías, el metalmecánico y el biosanitario.

-¿Tiene margen el Gobierno asturiano para resolver el problema energético de las empresas grandes consumidoras?

-El margen real sólo lo tiene el Gobierno de España, que es el que tiene la competencia sobre política energética. Ahora bien, estamos hablando de una cuestión vital para Asturias, donde la industria tiene mucho peso. Además hay sectores que afrontan amenazas, como es el caso del aluminio, cuyo precio ha caído un 30 por ciento por las importanciones de China. En esta situación, no deberíamos añadir más incertidumbre, con unos costes excesivos. La política energética debe cambiarse.

-Considera que la liberalización del sector fue un error.

-En los términos en los que se hizo, sí. Liberalizar no se consigue sólo privatizando. Es un sector con una estructura de oligopolio, y un sistema como el anterior era más fiable. Pero eso ya es como el agua derramada, no se puede volver a la situación anterior. Es todo un cúmulo de errores: la ley del 97, que liberalizó el sector, la decisión del Gobierno de Zapatero de no cambiar esa ley, y las reformas a la ley vigente hechas por el PP no han hecho más que empeorar las cosas. Un gobierno socialista tendrá que cambiar la política energética, y tendrá que hacerlo para tener una España industrial, es imprescindible.

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