El toro de lidia, también conocido como toro bravo, es una raza única dentro de su especie, según un estudio realizado por el Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (SERIDA) de Asturias en colaboración con las universidades de Sevilla y Córdoba.

Este toro, autóctono de la Península Ibérica, cuenta con grandes diferencias genéticas entre distintas subpoblaciones. Además, tiene una estructura morfológica propia. "No se asemeja a ninguna otra raza estudiada hasta el momento", asegura Rocío Pelayo, miembro del grupo de investigación en Nuevas Tecnologías de Mejora Animal y de Sus Sistemas Productivos de la Universidad de Sevilla.

Pelayo insiste en la importancia de la conservación del toro del lidia, un "patrimonio en peligro de extinción y del que ya se han perdido algunas castas". También destaca la necesidad de no contaminar su identidad genética.