La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Caos para aparcar en todas las playas por la masiva afluencia de coches

Los dueños de muchos prados cobran por estacionar en sus fincas mientras en Villaviciosa y Gozón acaba la zona azul

Caos para aparcar en todas las playas por la masiva afluencia de coches

Aparcar en días de sol en las playas más concurridas del Principado es misión imposible. El que lo intenta acaba con un cabreo monumental después de recorrer el arenal de punta a punta durante varios minutos. Es la cara más farragosa de un verano atípico, en el que los termómetros rozaron en julio los 30 grados centígrados. Para combatir esa ola de calor, los asturianos se remojan en aguas del mar Cantábrico colapsando playas y carreteras. Rodiles, uno de los arenales más frecuentados de la región, recibió el domingo pasado nada menos que 28.000 personas. Es decir, la población de la capital maliayesa multiplicada por dos o el estadio del Molinón lleno hasta la bandera. Con estos datos no es de extrañar que el coche se atasque más de lo normal en el Paraíso. LA NUEVA ESPAÑA ha hecho un recorrido por la costa asturiana con el fin de localizar los puntos calientes de la Asturias playera. La mayoría de ellos se concentran en los concejos de Llanes, Ribadesella, Villaviciosa y Gozón, donde a diario se producen atascos kilométricos.

En estos cuatro municipios, los aparcamientos son escasos y se encuentran en mal estado. A consecuencia de ello, es fácil encontrar en el camino vehículos en doble fila o estacionados a ambos lados de la carretera. Para eliminar esta estampa, los ayuntamientos de Gozón y Villaviciosa implantaron hace dos años las denominadas zonas azules, que acabaron fracasando tanto en Bañugues y Xagó como en Rodiles. Las quejas de los usuarios fueron constantes y el peaje playero tampoco logró descongestionar los puntos más conflictivos de los concejos. No obstante, el colapso vacacional tiene difícil solución y más en un año en el que la región recibió hasta junio 77.615 visitantes más que en 2014, la mejor cifra desde 1999. Ese "boom" turístico lo aprovechan bien los vecinos, que han puesto de moda los párkings privados en fincas. Ya los hay en Rodiles, Xagó, Verdicio, La Vega y en varios arenales llaniscos, donde la jornada de sol y playa cuesta entre dos y tres euros.

Llanes. Es el punto más caliente de la costa asturiana al concentrar más de treinta arenales en su territorio. En prácticamente todos ellos, el atasco está asegurado, ya sea fin de semana o no. Empezando por el Occidente, en la playa de Guadamía, ubicada en Llames de Pría, en el límite entre Llanes y Ribadesella, hay serios problemas para dejar el coche. Un sólo aparcamiento da servicio a los bañistas y a los turistas que acceden a ver los bufones de Pría. Llegar a Gulpiyuri, una de las playas más singulares de toda Asturias, es también difícil. Los alrededores de este paraje están tomados por cientos de vehículos, que imposibilitan hacer cualquier tipo de maniobra en la carretera. El Ayuntamiento de Llanes reordenó este verano el tráfico, permitiendo circular en un sólo sentido, con entrada por Naves y salida por Villahormes. Aun así, las caravanas continúan y los conductores dejan sus vehículos hasta en el praos.

Más de lo mismo sucede en San Antolín, donde las plazas del párking resultan insuficientes y se llenan en un abrir y cerrar de ojos. Prueba de ello es que los fines de semana, los arcenes de la vía que une Llanes y Ribadesella (AS-263) se llenan de vehículos. Por su parte, en Toranda (Niembro), la situación es menos conflictiva, pues dispone de un aparcamiento para 500 coches, que explota el Urraca Club de Fútbol (Posada de Llanes) en virtud a un acuerdo con el consistorio llaniscos. Aun así, los vecinos de Niembru no están conformes y denuncian el caos circulatorio que se forma en el entorno de sus playas. A consecuencia de ese caos, el pasado mes de julio, una ambulancia tardó casi cuatro horas en llegar al aparcamiento para atender a un bañista que había sufrido un ataque de ciática y no podía moverse.

En la vecina Torimbia, se repiten los atascos, al igual que sucede en Barro. En esta última playa hay cierta polémica entre el Ayuntamiento y los vecinos, ya que es un hotel privado el que gestiona el párking y parte del terreno es propiedad de Costas. Los bañistas denuncian que tengan que pagar dos euros por dejar el coche en una zona pública. La congestión del tráfico va a menos en la zona más oriental de Llanes. En Celorio -donde también hay un párking privado a pie de playa con una tarifa de tres euros-, Poo y Llanes villa (Toró y Sablón). los atascos son menos frecuentes al haber más plazas para coches.

Ribadesella y Ribadedeva. En el primer concejo, la playa en la que siempre hay "movida" es la de Vega, que recibe al día más de tres mil visitantes. A consecuencia de su éxito turístico, los conductores tienen que sudar la gota gorda para encontrar un aparcamiento en las inmediaciones del arenal. Existe un párking público y otro privado, que explotan varios particulares. En Ribadedeva está la playa de La Franca, que recibe más vehículos de los que el aparcamiento puede soportar.

Villaviciosa. La playa de Rodiles es una de las más concurridas de la región. En este arenal funcionó durante dos años la zona azul, que el nuevo gobierno socialista decidió suprimir. Los colapsos son el pan de cada día y la Policía Local se está hinchando a poner multas, ya que muchos usuarios colocan su vehículo ocupando dos plazas.

Compartir el artículo

stats