Aprovechando que se acerca una nueva cita con las urnas, escribo esta carta, a ver si por ventura algún partido político tiene a bien incluir en su programa electoral la corrección del trato vergonzoso por discriminatorio de que somos objeto quienes, tras una dilatada vida laboral, tenemos la desgracia de pasar a engrosar las abultadas listas del desempleo. La cuestión es la siguiente: mientras recibas la prestación contributiva, se te mantiene la cotización. Una vez agotada, te cotizan por el SMI durante unos 40 meses; agotado este periodo, te rebajan la cotización a la mitad. Huelga decir que las posibilidades de que alguien te contrate son prácticamente nulas en la mayor parte de los casos. Ante esta perspectiva, a pesar de que te sobren años cotizados (tengo cotizados 43)... cuando alcances la edad de jubilación te menguará la pensión considerablemente. Y si te acoges a la jubilación anticipada, a pesar de tener que hacerlo contra tu voluntad, para qué te cuento. Desde luego, es una injusticia y una vergüenza.

Por el contrario, a ciertos "colectivos" se les reconoce el derecho a jubilarse con el 100 por ciento a los sesenta años. El único requisito es tener cotizados los 35 años de rigor.

Del agravio comparativo que suponen las prejubilaciones, mejor no hablar, puesto que entiendo que se comenta por sí solo. De los privilegios que se autoconceden los políticos en este terreno, tres cuartos de lo mismo. Usted mismo, señor/a lector/a.

Lo que yo planteo a los políticos es lo siguiente: a quienes nos sobran años de cotización, ¿no sería posible otorgarnos idéntico derecho, en función de los años sobrantes? Entiendo que es una petición justa y razonable. Lo que me cuesta entender es que a estas alturas se esté cometiendo tamaña injusticia con tanta gente honrada y trabajadora, que cotizó religiosamente como el que más.

Si no es mucho pedir, señores diputados, senadores y demás camarilla, piensen un poco (sólo un poco, que están de vacaciones) en estos ciudadanos/as que han contribuido humildemente a mantenerles sus privilegios, con su voto y con su trabajo abnegado. Eso sí, cuando se autoasignan dichas prebendas, ni nos consultan, ni lo incluyen en sus "programas"; lo hacen después, a traición, con nocturnidad y alevosía si llega el caso.

Ni la izquierda, ni la derecha, ni el centro se acuerdan de nosotros, y mira que ya van años de democracia. Se ve que esto no vende. En cuanto a los partidos emergentes, concretamente Podemos y Ciudadanos, espero que tomen buena nota, si de verdad vienen con las intenciones que dicen, en pos de una mayor justicia y equidad para la sociedad en su conjunto.

Por mi parte, sólo me queda dejar constancia de mi queja y, si se me permite, pedir a todas las personas que se encuentren en esta situación que se piensen mucho las cosas antes de votar. A mi juicio, el partido que no contemple eliminar esta injusticia no merece ser votado.