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Asturama

Un molinero del siglo XXI

Rubén Domínguez, vecino de Ruenes (Peñamellera Alta), recupera para la molienda semillas como el trigo grandal, además del maíz de la zona

Un molinero del siglo XXI

Rubén Domínguez es uno de esos jóvenes que siempre apostaron por vivir en su pueblo, Ruenes, en Peñamellera Alta. Y, además, por vivir de su trabajo. Carpintero y ebanista de profesión, decidió hace un tiempo iniciarse en otro oficio que ya llevaba en las venas: la molienda. Ya su abuelo Juan Fernando había sido molinero. Rubén cuenta con el total apoyo de su mujer, Lucía Martínez Noriega, con quien ha formado una joven familia. Son padres de dos niños, de 2 años y 8 meses, respectivamente. Ambos siempre quisieron vivir en Ruenes y decidieron poner en marcha un molino eléctrico, y donde, además, han recuperado antiguas semillas de cereales. El objetivo: comer más sano.

"Este maíz nuestro es muy antiguo. Es de la misma simiente desde hace más de 200 años. Es la semilla original, sin modificaciones ni cruzamientos híbridos. Todas las semillas que tenemos aquí son ecológicas, a excepción del maíz y la castaña, que están en proceso para lograr el certificado. El año que viene también lo tendremos", señala este emprendedor, que habla con pasión de la recuperación de un oficio cuyo abandono ha dejado un enorme rastro de molinos en desuso a lo largo de los ríos asturianos. "Estamos moliendo con dos molinos eléctricos, pero nuestra intención es rehabilitar también en breve uno de la zona, junto al río Jana, donde la última molienda fue en 1973, hace más de 40 años. La intención no es sólo moler en él, también mostrar el trabajo de la molienda y explicar el oficio a los que nos quieran visitar", añade.

Tras hacer unas pruebas el año pasado, este 2015 ha sido el del paso definitivo. "Tenemos sembrados 3.000 metros de maíz originario de esta zona y pensamos sembrar más el año que viene. La producción es de unos setecientos u ochocientos kilos de harina", detalla Rubén, quien muestra, además, otras semillas que muele en Ruenes. "Tenemos el trigo grandal, que aquí sólo lo siembra un paisano, y debe ser el único de toda Asturias. Se parece mucho a la escanda, que también la trabajamos. Molemos también nueces, garbanzos pedrosillanos, avellanas, centeno y avena, cada cual en su temporada. Meteremos en breve también el trigo de la variedad candeal castellano, que es muy bueno", recuerda.

Bajo el nombre de El Molino de Peñamellera ya han empezado a comercializar sus harinas ecológicas. "Las tiendas de productos ecológicos y también las de productos artesanos son las que demandan nuestras harinas, todas con sus semillas de simientes antiguas, que, en algunos casos, estamos recuperando", subraya Lucía, quien, junto a su marido, defiende la vida en los pueblos y la recuperación de los viejos oficios. No piensan abandonar la zona. "Nosotros tenemos dos niños muy pequeños, pero cuando llegue la hora de escolarizarlos estudiarán en Arenas", señala.

Rubén, por su parte, un enamorado de estos ingenios hidráulicos, espera documentar todos los molinos existentes en su concejo con fotografías y con testimonios de sus vecinos de aquella vieja molienda.

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