Había un verano al final de siete inviernos seguidos. Los hoteles asturianos no encuentran en la serie histórica del Instituto Nacional de Estadística (INE) ningún julio con más clientes ni más noches de hotel vendidas que el mes pasado. El primer recuento estival de visitas otorga al turismo asturiano el mejor resultado de viajeros y pernoctaciones del que hay constancia -al menos desde los primeros noventa-, reafirmando así con las cifras divulgadas ayer la impresión positiva de los empresarios respecto a la llegada del principio del fin de su crisis. Los datos fríos, casi 224.000 clientes que en conjunto pasaron en la región cerca de 484.000 noches, se calientan en la comparación y dan fe de un significativo alza de visitas, pero también, o sobre todo, de la recuperación de la capacidad de consumo de la clientela, del retorno a los niveles de empleo de antes de la crisis y de la lenta reparación de los indicadores de rentabilidad del sector turístico asturiano, seriamente deteriorados tras siete largos veranos en retroceso. Los establecimientos hoteleros de la región recibieron más turistas que nunca en un mes de julio, más extranjeros que nunca en ningún otro mes de las últimas décadas, pero además, después de años de caída han podido subir los precios y trasladar así el incremento de visitas a las cuentas de resultados de los alojamientos.

Las tarifas repuntaron, según la misma fuente, un 6,1 por ciento en julio. El primer ascenso después de catorce meses consecutivos de bajadas. Partía desde muy abajo y es el tercer incremento de precios más acusado de España en julio, sólo por detrás de los de Cataluña y Navarra. Y aunque los importes permanecen significativamente por debajo de la media nacional y a la cola de la Cornisa Cantábrica -61,5 euros de media por habitación y día en Asturias, frente a los 87,8 de España-, la subida alivia. La percepción de que retoña el bolsillo del consumidor ha permitido trasladar el incremento en el número de visitantes, perceptible ya desde los primeros meses del año, a las cuentas de resultados empresariales y conseguir que los hoteles asturianos registrasen el mes pasado el tercer incremento más acusado de España en sus ingresos. Los 35,67 euros de ganancia media por habitación suponen un alza del 23,4 por ciento respecto al julio del año pasado -sólo aventajan a la asturiana las subidas de Cantabria y Navarra- y el nivel de ingreso más alto en un primer mes de verano desde el advenimiento de la crisis en 2008. El volumen de recuperación registrado este año se aprecia con nitidez si se considera que esa cifra no pasaba de los treinta euros en julio desde el de 2011.

La industria asturiana del ocio ya venía viendo llegar más gente desde hace tiempo. Ahora, "la buena noticia es la recuperación del precio medio". La sentencia pronunciada hace unos días por Fernando Corral, presidente de Unión Hotelera, lleva tras de sí la congoja que no hace demasiado daba ver crecer la clientela, y necesitar más personal para atenderla, pero no atreverse aún a incrementar los precios y unas veces ganar menos y otras perder. La gran diferencia de 2015 es ese repunte de las tarifas y de los ingresos en paralelo al progreso de los visitantes.

Los hoteleros vendieron este julio 82.000 noches más que el pasado. El número de visitas progresó en más de un 16 por ciento respecto a 2014, las pernoctaciones crecieron en un veinte -más del doble de la media nacional, el mayor aumento de la España Verde- y el acumulado del año, que ya venía de firmar el mejor primer semestre desde la caída de la crisis, roza los 880.000 visitantes y nuevamente es el mejor registro desde 2007. El grado de ocupación, el 53,61 por ciento de las plazas, eleva en más de ocho puntos el valor del año anterior y es el más alto de los meses de julio en diez años. Los 3.400 empleados que registra el INE en los hoteles del Principado recuperan asimismo lentamente los niveles previos a los años de crisis, aunque aún son menos que los que acumulaba el sector en 2008.