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Asturcones de leyenda

"Indomable", estrella de las últimas ediciones de la fiesta del Sueve, ha heredado el carácter de su ancestro "Moro", un caballo legendario que nunca fue domado

"Indomable", galopando por el Sueve.

Lucen un porte robusto, vistoso y muy característico. Son salvajes, su vigor es desproporcionado al tamaño y disponen de un nervio del que no todos los caballos pueden alardear. Son los rasgos de los asturcones, especialmente los de dos ejemplares que, a lo largo de la historia de la fiesta que Asturias dedica a su caballo cada agosto en Piloña, han despuntado por ser los dos de más difícil trato y más compleja doma. Se trata de "Moro" e "Indomable", dos caballos emparentados por sangre y carácter. "Las características que tienen son muy similares; no sabemos si se trata de abuelo y nieto o de padre e hijo", explica Manuel Roza, presidente de la Asociación Conservadora del Asturcón del Sueve (ACAS).

Después de doce años resistiéndose a las intentonas de los jinetes para ser dominado, "Moro", un asturcón negro de pura raza que murió ya hace unos años, se convirtió en el caballo asturiano por excelencia. Con tan sólo 4 años ya le intentaron echar el lazo, pero ni los jinetes más diestros y espabilados lo consiguieron. Este caballo salvaje, al que en sus 17 años de vida nadie pudo subirse, yace ahora en el monte del Sueve, donde siempre vivió en libertad. Todavía son muchos los que lo recuerdan con cariño. Es el caso de Roza, quien, antes de aceptar el cargo como presidente de la asociación, fue jinete y domador. "Lo más complicado era que no dejaba acercarte a él, así era imposible, tenía muchísima fuerza. Sin ninguna duda ha sido el más difícil", explica. Y recuerda la bravura y la fuerza del legendario asturcón, al que se enfrentó en más de una ocasión. "En el año 1992 me intenté acercar para echarle el lazo, pero me partió el brazo de una patada. Me lleve otra en el pecho y del impacto salí volando".

El relevo lo ha cogido "Indomable" que, al igual que el resto de asturcones asturianos, cabalga a sus anchas por el monte del Sueve. Se trata de un ejemplar que lleva siete ediciones consecutivas de la fiesta del asturcón sin dejarse dominar y, como explica el secretario de la asociación del asturcón, Javier Escobio, "es inconfundible". "Le hicimos una marca, pero hasta una persona que no entiende del tema lo reconocería", añade. Tiene ya diez años y, según Roza, "está en su mejor momento. La edad ideal y en la que más fuerza tienen es a los nueve años, así que todavía podremos disfrutar de él unas dos o tres ediciones más". Y así es, el caballo muestra un empuje y un nervio que no todos tienen. Su trote salvaje por el monte y el hecho de mantener un contacto mínimo con las personas provocan que el animal, al sacarlo de su hábitat natural, se vuelva todavía más difícil. "Hace cinco años 'Indomable' le rompió la cara a un domador; como anda suelto por el monte los cascos no se le pueden tratar, lo que lleva es como si fueran cuchillos", señala Roza.

La fiesta del Asturcón, en plena sierra del Sueve, lleva ya 35 ediciones y, hasta el momento, "Moro" e "Indomable" han sido los dos ejemplares más rebeldes. El presidente diferencia a uno de otro y resume: "'Moro' era un caballo mucho más fuerte y más difícil, lo que pasa es que ahora los jinetes no son los mismos que antaño. Los de antes tenían más fuerza y más maña".

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