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La Policía Local, muy entrada en años

La edad de la mitad de los agentes asturianos supera los 50 Una reforma prometida por el Gobierno provocará una oleada de jubilaciones anticipadas que dejará vacante el 17% de los puestos

Dos policías locales patrullando por Corvera. MARA VILLAMUZA

Las plantillas de las policías locales asturianas están muy envejecidas. Uno de cada dos agentes (539 de los 1.005 agentes que componen las plantillas más importantes) ha cumplido ya los 50 años, y uno de cada tres (324) tiene 55 años o más, una edad considerada por los sindicatos como impropia y hasta contraproducente para una profesión que exige un esfuerzo físico y psíquico constante.

Urge por tanto un rejuvenecimiento, según las organizaciones que representan a estos empleados públicos. El Gobierno tiene el compromiso de aprobar en esta legislatura un coeficiente reductor que permitiría a los agentes jubilarse a los 60 años. El estudio se inició el pasado mes de julio. Los sindicatos indican que, de cumplirse el compromiso, el año que viene se jubilarían ya quienes tienen ahora 59 años y los de mayor edad, nacidos en 1956 o antes. Por tanto, se jubilarían el año que viene un total de 170 agentes, el 17 por ciento de las principales plantillas de Policía Local asturiana. "Eso quiere decir que los ayuntamientos tienen que ir preparándose, porque es obligatoria la tasa de reposición de los agentes que se jubilen", explica el secretario general del Sindicato Independiente de la Policía Local de Asturias (SIPLA), Manuel Jesús Villa.

El efecto en las diferentes plantillas será desigual. La del concejo de Aller, por ejemplo, una de las más envejecidas, con un 52 por ciento de sus funcionarios mayores de 55 años, perdería 6 de sus 19 agentes. En Corvera se jubilaría un tercio de su plantilla, 7 de sus 19 agentes. Castrillón perdería un cuarto de sus funcionarios, 7 de los 29 en plantilla. De Valdés se irían 6 de sus 18 agentes, y de San Martín del Rey Aurelio, con un 60 por ciento de la plantilla mayor de 50 años, se retirarían con la reforma 7 de los 25 funcionarios.

El efecto de esta jubilación anticipada también se dejaría notar en las plantillas de los municipios más grandes. Avilés tiene a una quincena de agentes que podrían adelantar su jubilación, el 13 por ciento de un cuerpo formado por 115 funcionarios en el que uno de cada dos tiene 50 años o más. De Langreo se irían 9 de los 55 policías municipales, el 65 por ciento de los cuales tienen 50 años o más, y el 31 por ciento, más de 55. Mieres no se queda atrás, con 35 de sus 52 agentes (el 67 por ciento) con medio siglo a cuestas. Aquí, la jubilación a los 60 afectaría el año que viene a siete policías. En Gijón, donde 156 de los 307 policías tienen 50 años o más, el paso a la reserva incumbiría a 41, el 13 por ciento. Y la plantilla de Oviedo está aún más envejecida. De los 284 funcionarios en plantilla, un total de 165, esto es, el 58 por ciento, tienen 50 años o más, y 91, un tercio del total, más de 55. En este municipio, la jubilación anticipada atañería a 37 policías nacidos en 1956 o antes.

Esta jubilación anticipada, explica el responsable sindical Manuel Jesús Villa, no es nada anormal, ya que se aplica ya a otros cuerpos, como la Guardia Civil o Ertzaintza, donde también es posible jubilarse a los 59 si se han cotizado 35 años a la Seguridad Social. Villa quiere dejar claro que esta jubilación no se trata de un regalo. "Tendremos que pagar anticipadamente las cotizaciones que se nos descontarían hasta los 65 años", señala. "Hasta los propios ayuntamientos y las comunidades autónomas reconocen que con 55 años o más no deberíamos estar trabajando", añade Villa. "Es un trabajo peligroso y penoso, no debe olvidarse que el 80 por ciento de las intervenciones en los municipios las realizamos nosotros. Unido al régimen de turnos, se genera mucho estrés conforme se van cumpliendo años", indica el secretario general del SIPLA y también de la Confederación de Seguridad Local, que agrupa a los sindicatos de Policía Local. En ese contexto, subrayan también los sindicatos, no suena raro que el 55 por ciento de estos agentes esté a tratamiento con ansiolíticos, algo que no deja de ser un riesgo en unos profesionales que manejan armas.

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