Para resistir la crisis, hay que unirse. Así lo cree la ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, que ayer pidió a los ganaderos "que se organicen" para hacer frente a la bajada de precios de la leche. En una reunión mantenida con los sindicatos, Tejerina destacó una vez más que fijar un valor mínimo es ilegal y adelantó que el Gobierno está trabajando en mejorar las relaciones comerciales. "Estamos haciendo todo los que se puede hacer dentro del marco de la legislación", señaló Tejerina, que se considera una "firme defensora del sector". A su juicio, la crisis no sólo se debe al final de las cuotas, sino también al veto ruso, la caída de las exportaciones a China y a una mayor producción, tal y como favorece el sistema actual, sustentado en la liberalización del mercado.

Como solución a este escenario, el Gobierno de España plantea conceder subvenciones a 5.200 ganaderos. Según explica el secretario general de Agricultura y Alimentación, Carlos Cabanas, las ayudas se dividirán en dos líneas. Una de ellas, de 300 euros por vaca para las explotaciones que no sean rentables, y la otra, de cuantía inferior -aún por determinar- para las explotaciones que estén en el umbral de la rentabilidad. La Administración prevé que la medida se ponga en marcha a finales de este mes. El Ministerio invertirá también 1,74 millones de euros para realizar nuevas campañas de promoción del consumo de leche. La primera de ellas, según señala Tejerina, arrancará a mediados de este mes.

No obstante, las palabras del Gobierno no convencen a una parte de los ganaderos, que llegaron incluso a pedir su dimisión y a abuchearla en la presentación de la Feria Agropecuaria y Exposición de Ganado Puro, celebrada en Salamanca. Por su parte, el presidente de la Interprofesional Láctea (Inlac), Ramón Artime, considera que el sector está muy cerca de llegar a un acuerdo. "Lo principal es crear y distribuir valor a lo largo de toda la cadena láctea", sostiene el gozoniego, también responsable de Asaja.