Investigadores de la Universidad de Oviedo han confirmado que la presencia del lince boreal en la cornisa cantábrica -y también en Asturias- se remonta a hace 12.000 años. Según los estudios realizados, el animal conocido como lobo cerval, del que los cazadores del norte de España hablaban desde hacía siglos, se trababa realmente del lince euroasiático.