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GENARO ALONSO | Consejero de Educación, Cultura y Deportes

"Me gustaría convocar unas oposiciones con 400 plazas para FP y Secundaria"

"Detesto el asturiano sólo para uso folclórico, defiendo que sea cooficial"

Genaro Alonso, en su despacho en la Consejería en Oviedo. MARÍA GÓMEZ

-Póngase algún reto para estos cuatro años como consejero.

-Uno de ellos será la revisión de la red de centros. Es un asunto complicado, toca muchas sensibilidades.

-¿Habrá fusiones?

-Algún ajuste habrá que hacer.

Genaro Alonso Megido (Felechosa, Aller, 1956) lleva tan solo unas semanas como titular de Educación, Cultura y Deporte. Licenciado en Filología Hispánica, con premio extraordinario fin de carrera, se doctoró con una tesis dirigida por Emilio Alarcos: "un lujo. Alarcos era un ejemplo de saber decir y saber estar, y una gran referencia en investigación lingüística".

Tras aprobar las oposiciones docentes, Alonso impartió clases de Lengua y Literatura españolas en el IES de Sotrondio. Nuevas oposiciones a catedrático de Instituto, y nuevo destino, esta vez fuera de Asturias, en Villafranca del Bierzo. De vuelta a su tierra, el tercer destino profesional le situó en el IES de Candás, antes de aprobar otras oposiciones al cuerpo de inspectores. Corría el año 1994. En el 2000 fue nombrado inspector jefe de zona, y ahora acaba de ser "fichado" por Javier Fernández para su nuevo Gobierno.

-Usted no sale de las "cocinas" políticas del PSOE.

-Milito en la UGT pero jamás tuve carnet de ningún partido político. Digamos que soy una persona con un claro compromiso de izquierda.

-Más retos.

-El primero es garantizar que el inicio del curso se lleve a cabo de la forma más tranquila posible. Creo que lo estamos consiguiendo. Es un curso importante porque es el de la culminación de la LOMCE en la Primaria y el del comienzo de esa implantación en la Secundaria. Haremos frente a los compromisos.

-¿Qué futuro le augura a la LOMCE?

-Preveo y deseo que se derogue antes de que acabe este mismo curso escolar. Pero en tanto eso ocurra nosotros, en Asturias, vamos a cumplir con la ley de manera estricta. Con cualquier otra alternativa sería peor el remedio que la enfermedad. Antes del mes de febrero tenemos que regular las evaluaciones en Secundaria que contempla la LOMCE.

-¿No le encuentra nada bueno?

-Por decirlo de modo suave, es una ley que no nos conviene y que supone un retroceso. La LOMCE, por ejemplo, confunde la evaluación al sistema con la evaluación al alumno. La Formación Profesional Básica aparta a determinados alumnos y los echa del sistema sin posibilidad de titulación.

-La crisis de la lista de interinos, con el sistema informático por los aires, fue un estreno glorioso.

-Ya. Fue algo impensable. Un infortunio, pero nos sirve para aprender. Me dolió porque estaba todo muy bien planificado.

-¿Cree que está bien planificado un proceso que señala destinos a 2.500 profesores tan sólo unas horas antes de que se incorporen a sus puestos de trabajo?

-Me voy a hacer cargo de que se planifiquen mejor los plazos y que podamos contar con un colchón de seguridad ante este tipo de contingencias. Sé que fueron unas horas de retraso pero también le digo que la incidencia negativa fue prácticamente nula. Solamente se vieron afectados ocho centros de Secundaria en Asturias, por exámenes que estaban programados para ese día 1 de septiembre, pero se buscaron alternativas y no hubo ningún alumno cuyos derechos hayan sido conculcados.

-Busque adjetivo para calificar la tasa de interinidad docente de Asturias, superior al 20%.

-Elevadísima; el resultado de una serie de circunstancias. Nuestro compromiso es sacar el próximo año el máximo número de plazas para Secundaria y FP.

-Atrévase con un número.

-Me gustaría que fueran más de cuatrocientas pero, repito, es lo que me gustaría.

-¿Cómo valora la herencia recibida en la Consejería?

-Tan solo tengo palabras de reconocimiento.

-No me sea tan políticamente correcto.

-En absoluto quiero ser políticamente correcto y, además, yo me sentí parte del periodo anterior desde mis responsabilidades en la Inspección educativa. Aquí hubo una labor encomiable en una etapa muy complicada. Yo llego a finales de julio y me encuentro con todo el trabajo preparatorio del nuevo curso hecho. No todas las autonomías pueden decir lo mismo.

-Con Genaro Alonso de consejero ¿la llingua asturiana está de enhorabuena?

-Mi posición es de total compromiso porque la llevo muy dentro. No hay dos lenguas que digan lo mismo, y ese decir único es lo que les da grandeza.

-¿Está de acuerdo con la cooficialidad del Asturiano?

-Soy partidario, sí. La cooficialidad sería el marco legal idóneo para el uso de la llingua asturiana, pero al menos tenemos otro marco legal que nos permite progresar en la normalización social. Hay que ser posibilista.

-¿No cree que se ha avanzado mucho en esa normalización social del asturiano?

-No tanto. Estamos sin duda ante la parte más deficitaria del problema; queda mucho por hacer. Hay que ir hacia un bilingüismo natural, sin conflictos internos. Detesto esa diferenciación en el uso de las lenguas. El castellano para formatos y registros cultos, y el asturiano para situaciones folixeres, como si la llingua asturiano no tuviera cabida más allá de la sidrería o de la romería. Asturiano y castellano son dos lenguas perfectamente válidas para todos los registros.

-¿Qué va a hacer en beneficio de esa cooficialidad, teniendo en cuenta que el PSOE no está por la labor?

-El asunto trasciende con creces el ámbito de esta Consejería, es algo que compete a la Junta General del Principado. Pero el dominio de dos lenguas al mismo nivel es algo muy bueno, muy deseable y enriquecedor. Y por el momento lo que hay en nuestra comunidad es una lengua preferente y otra minorizada y, en ocasiones, condenada de forma muy injusta a usos folclóricos.

-Usted es miembro de número de la Academia de la Llingua.

-Desde 1991. La Academia ha realizado en todos estos años una labor inmensa y ha colaborado para superar muchos prejuicios sobre la llingua asturiana. Recuerdo cuando se decía que el asturiano no valía para codificar la realidad. Claro que vale, esa es una duda superada. Nebrija, en el siglo XV, también tenía sus prejuicios respecto al castellano porque pensaba que no era una lengua capaz de alcanzar los matices del latín.

-¿Logrará que el asturiano entre en el decreto de especialidades?

-Le he pedido al ministro Méndez de Vigo su compromiso personal de que va a estudiar el asunto. Me lo ha dado. Hay que dar una respuesta adecuada a cientos de profesores de Asturiano -a muchos los conozco porque les di clase- que ahora no pueden ni acceder a una oferta pública de empleo.

-O sea, la decisión está en manos del Ministerio.

-Es añadir un pequeño párrafo al real decreto de especialidades. Así de sencillo. El argumento de que no se puede hacer porque el asturiano no es lengua cooficial se cae por su propio peso. Desde esa perspectiva, ni el latín ni el griego serían una especialidad académica.

-La enseñanza concertada se quejó del trato recibido en estos últimos años.

-Me acabo de reunir con todos los directores de centros de la privada concertada. Fue una reunión técnica y sosegada. Queremos ser exquisitos en el trato con todo el mundo, y cuando haya que decir que no, pues se dice sin problemas. Y ser exquisitos va mucho más allá de dar los buenos días.

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